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Socorro Castellanos, reconocida comunicadora, locutora y productora de televisión dominicana, falleció la noche del miércoles a los 84 años, dejando una huella indeleble en la historia de los medios de comunicación del país.
Nacida en 1941 en Santiago de los Caballeros, inició su trayectoria en la década de 1960, convirtiéndose en la primera mujer productora de televisión en República Dominicana, en una época en la que esa función estaba reservada casi exclusivamente a los hombres.
Desde sus inicios, se enfocó en crear contenidos educativos y culturales, prestando especial atención a las mujeres y las familias.
Participó como productora, presentadora y comentarista en programas emblemáticos como “Buenas Tardes, a la Orden”, “Revista Eva”, “El Show del Mediodía” y “Punto Final”. Su estilo y visión marcaron una época, sobre todo entre las décadas de 1960 y 1990, cuando alcanzó gran proyección por la calidad de sus propuestas televisivas.
Su compromiso con la cultura trascendió las pantallas. Fue ministra consejera en la Embajada Dominicana en Cuba, donde promovió la identidad cultural del país en diversas manifestaciones artísticas.
En 2012, incursionó en la literatura con la publicación del libro “El sabor de mi tierra”, una recopilación de recetas criollas acompañadas de anécdotas personales, consejos culinarios e información histórica de la gastronomía dominicana.
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Un año después, en 2013, recibió el Casandra Especial, uno de los más altos reconocimientos que otorga la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), y en 2021 fue reconocida por el Indotel por sus aportes a la comunicación y la cultura nacional.
En una entrevista, expresó lo que significaba la televisión para ella:
“La televisión es mi vida. No es lo más importante, pero es lo que he hecho siempre. Tengo la satisfacción de haber creado una escuela en el ámbito de hacer programas para las mujeres y para las familias”.
Socorro Castellanos fue una pionera, una voz firme y visionaria, que dedicó su vida a dignificar los contenidos televisivos y a abrir camino para las mujeres en los medios. Su legado queda plasmado en cada espacio que ayudó a construir y en cada generación de comunicadores que siguió su ejemplo.
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