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Una nueva moda gana terreno con ímpetu — y suscita inquietud — en TikTok: el reto 75 Hard, un programa de 75 días que exige perseverancia total, ejercicio diario y cambios severos en la alimentación. Si bien muchos lo promocionan como una manera de transformar hábitos físicos y mentales, especialistas alertan sobre los riesgos de este desafío extremo y enfatizan la importancia de adaptarlo a las condiciones de cada uno.
El programa fue creado en 2019 por Andy Frisella, empresario ligado al mundo del fitness, con el objetivo de fomentar no solo la transformación física, sino también el desarrollo de una mentalidad resiliente.
Según la revista GQ, el reto consiste en cumplir, durante 75 días seguidos y sin excepción, cinco tareas diarias:
El incumplimiento de cualquiera de estas reglas obliga a reiniciar el reto desde el día uno, lo que aumenta la presión mental y el nivel de compromiso.
Frisella sostiene que el objetivo central del 75 Hard no es lograr una imagen corporal específica, sino cultivar una disciplina inquebrantable. Sin embargo, muchos usuarios de TikTok describen el desafío como “un contrato personal no firmado, pero que se cumple como si la vida dependiera de ello”, evidenciando la fuerte carga emocional que implica sumarse públicamente.
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La inspiración del reto surgió tras una conversación entre Frisella y James Lawrence, atleta conocido por haber completado 50 triatlones Ironman en 50 días consecutivos en 50 estados distintos de EE.UU. Admirador de su resistencia física y mental, Frisella diseñó este programa como un entrenamiento para la fortaleza interna.
A pesar del entusiasmo en redes, GQ señala que solo el 1% de quienes lo inician logra completarlo, lo que refuerza su reputación como un desafío de alta exigencia reservado para personas con gran compromiso y tiempo disponible.
Quienes completan el reto afirman experimentar mejoras en la disciplina personal, la condición física y la claridad mental. No obstante, su intensidad puede implicar riesgos significativos para la salud física y emocional.
Expertos advierten que el 75 Hard no es recomendable para personas con lesiones, problemas médicos o antecedentes de trastornos alimentarios. Además, su estructura rígida puede llevar a conductas obsesivas o a la falsa percepción de control.
Para quienes buscan un enfoque más equilibrado, han surgido alternativas como el “75 Soft” o el “75 Medium”, versiones más flexibles que conservan el enfoque en hábitos saludables pero con menor carga física y emocional.
Más allá de su popularidad en redes, profesionales de la salud insisten en que estos desafíos deben asumirse con criterio. La nutricionista Sophie Medlin, directora de CityDietitians en Londres, advierte que “los programas extremos pueden generar una falsa sensación de control y desencadenar comportamientos poco saludables si no se ajustan a las necesidades reales de cada individuo”.
Desde esta perspectiva, el reto podría funcionar como una herramienta útil solo si se aplica con equilibrio, autoconsciencia y, preferiblemente, con asesoramiento profesional.
En definitiva, aunque el 75 Hard ha sido un motor de transformación para muchas personas, el verdadero reto comienza cuando termina el programa: mantener hábitos saludables sin caer en la culpa o en la autoexigencia desmedida.
El atractivo de su estructura firme puede ser motivador para quienes buscan orden, pero esa misma rigidez puede convertirse en un obstáculo si se ignora lo que el cuerpo y la mente realmente necesitan.
El bienestar no debería medirse en días consecutivos ni en fotos diarias, sino en la capacidad de integrar cambios sostenibles, equilibrados y personalizados a la vida cotidiana.
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