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En la final de la NBA, a pesar de que solo se han jugado dos partidos, los Pacers están superando las expectativas frente a unos Thunder que los pronósticos ven como favoritos seguros.
El principal inconveniente que han tenido los Thunder hasta el momento fue la derrota en el primer juego, donde se daba por sentado que la victoria era suya, ya que lograron una gran ventaja hasta los últimos cuatro minutos del último cuarto.
Aunque el pasado domingo ganaron con amplitud, 123-107, para empatar la serie, que ahora se muda a la cancha de los Pacers, con una situación inesperada, o sea, un empate, cuando se preveía que volverían con dos derrotas.
Tyrese Haliburton, figura de los Pacers, se muestra muy optimista y afirma que la meta “era ganar uno fuera de casa, sobre todo cuando no eres el favorito en una serie de ‘playoffs'”.
No obstante, mañana, cuando se disputará el tercer encuentro, habrá que observar la actitud de los jugadores en Indiana, quienes deben estar conscientes de la superioridad que demostró el Thunder durante toda la temporada, liderados por Shai-Gilgeous Alexander y Pascal Siakam. Esperemos, que podrían darse grandes sorpresas.
Nunca había visto esto: un joven de unos 24 años, 240 libras de peso, con más de seis pies de altura, agredir violentamente a un árbitro de unos 50 años, al que agarró por el cuello, le dio golpes en el pecho, y lo amenazó con un nocaut, porque no le gustó el conteo de strike.
Eso ocurrió en un juego de softbol en el play de Rincón Largo en Santiago. Este jugador de softbol, a quien no sé por qué le dicen “el modelo”, debería ser expulsado de por vida de toda actividad deportiva. Es un verdadero salvaje.
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