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WASHINGTON — Se espera que el Senado de Estados Unidos avance en una sesión poco común de fin de semana, mientras los republicanos se apresuran a aprobar el paquete de recortes fiscales y de gastos del presidente Donald Trump antes del plazo límite del 4 de julio.
Los republicanos están aprovechando sus mayorías en el Congreso para soslayar la oposición demócrata, pero se han topado con varios tropiezos políticos y de políticas. No todos los legisladores del Partido Republicano coinciden con las propuestas de reducir el gasto en Medicaid, cupones de alimentos y otros programas para ayudar a cubrir el costo de extender unos 3,8 billones de dólares en recortes fiscales de Trump.
El proyecto de ley de 940 páginas se publicó justo antes de la medianoche del viernes. Se preveía que los senadores realizaran una votación de procedimiento el sábado para dar inicio al debate sobre la ley, aunque el momento era incierto y hay un largo camino por recorrer, con al menos 10 horas de debate y una sesión de votación nocturna sobre un sinnúmero de enmiendas.
La aprobación en el Senado podría tardar días, y el proyecto de ley deberá regresar a la Cámara de Representantes para una ronda final de votaciones antes de llegar a la Casa Blanca.
“Está en evolución”, comentó el líder de la mayoría del Senado, John Thune, republicano por Dakota del Sur, mientras se disponía a cerrar la cámara el viernes por la noche.
La sesión del fin de semana podría ser un momento clave para el partido de Trump, que ha invertido gran parte de su capital político en su plan de política interna más importante. Trump está presionando al Congreso para que lo concluya, aun cuando a veces envía señales contradictorias, permitiendo más tiempo.
En eventos recientes en la Casa Blanca, incluido uno el viernes, Trump ha reprendido a los “rebeldes” entre los disidentes del Partido Republicano para que se alineen.
“Podemos lograrlo”, afirmó Trump en una publicación en redes sociales. “Será una celebración maravillosa para nuestro país”.
La ley es una serie ambiciosa pero complicada de prioridades del Partido Republicano. En esencia, hará permanentes muchos de los recortes fiscales del primer mandato de Trump que, de lo contrario, caducarían a fin de año si el Congreso no actúa, lo que resultará en un posible aumento de impuestos para los estadounidenses.
El proyecto de ley añade nuevos recortes, incluida la eliminación de impuestos sobre las propinas, y destina 350.000 millones de dólares a la seguridad nacional, incluyendo la agenda de deportación masiva de Trump.
Pero los recortes de gastos en los que los republicanos confían para compensar los ingresos fiscales perdidos están generando discrepancias dentro de las filas del partido gobernante. Algunos legisladores señalan que los recortes van demasiado lejos, sobre todo para las personas que reciben atención médica a través de Medicaid. Por su parte, los conservadores, preocupados por la deuda nacional, están impulsando recortes aún mayores.
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