Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Conduciendo por la transitada San Vicente de Paul, esquina Club de Leones me crucé con Jorgito, a quien llamaremos así, para resguardar su identidad, bajo el sol abrasador a la 1:15 de la tarde con los “labios resecos” y una paletera cargada de ilusiones, pues anhela ser piloto algún día.
Con apenas 11 años, cursa cuarto de primaria, agotando una jornada laboral de más de ocho horas, entre mañana y noche, rutina que lleva a cabo desde que tenía solo 5 años.
En esa “bandeja”, con unos 10 caramelos, y algunas botellas de agua, espera cada cambio de luz con la esperanza de que un conductor le compre sus productos, para poder llevar a su casa “el sustento diario” para la comida de él, su madre y tres hermanitos.
“Mi señora, yo no conozco a mi papá y debo ayudar a mi mamá, porque si no, nos morimos de hambre, mire la hora y no he desayunado, creo que tampoco voy a comer, solo he vendido 50 pesos, y ya debo ir a bañarme para ir a la escuela”, confesó con tristeza.
Puedes leer: Uno de cada cinco niños sería víctima de violencia; celebran congreso de niñez
Como Jorgito, en plena modernidad miles de niños realizan “labores” o trabajo infantil.
Trabajo infantil en medio del “progreso”
Para entender el problema, partiremos de su definición.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo infantil como “todo trabajo que priva a los niños y niñas de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
Esta categoría incluye a toda persona menor de edad ocupada en actividades económicas, tanto en el sector formal como en el informal, realizadas a cambio de ingresos o de algún otro tipo de remuneración (en efectivo o en especie), y sin importar si estos trabajos se realizan dentro o fuera del entorno familiar. El trabajo doméstico, sea remunerado o no, también pertenece a dicha categoría.
Aunque la pobreza monetaria ha bajado considerablemente en los últimos años, algunas limitaciones sociales, siguen doliendo en la sociedad dominicana en pleno siglo XXI, entre ellos la indigencia y el trabajo infantil.
Según cifras de UNICEF y la Oficina Nacional de Estadísticas ONE, el porcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años que realizaba trabajo infantil fue de 3.8%, hasta el 2023.
El último informe (de 2023) de datos sobre trabajo infantil del organismo, en los países menos desarrollados, algo más de uno de cada cuatro niños (de 5 a 17 años) realiza trabajos que se consideran perjudiciales para su salud y desarrollo.
Los traumas que deja el trabajo en la niñez
El psicólogo Marcel Santos, puntualiza los traumas y trastornos emocionales que puede sufrir un niño o adolescente que se convierte en proveedor familiar a corta edad.
“Los niños pueden experimentar violencia, desapego, puesto de que no se crían en un ambiente correcto, y por eso no aprenden a expresar sus emociones.
“Que estamos hablando de un niño que no vivió las etapas que tiene que vivir, para convertirse en proveedor”, describe Santos.
Anomia social
Pese a la disminución de la pobreza, el sociólogo Cándido Mercedes, analiza que indicadores sociales en esta época, mantienen vigente el trabajo infantil.
“Estamos en presencia de una profunda anomia social como consecuencia de un liderazgo político sin visión ni misión de país y una elite empresarial miope, ciega, que no comprende su rol en la dimensión de la responsabilidad social y poseedora del poder fáctico, como centro del capitalismo del mercado. La anomia social, según Anthonny Giddens, es “Sensación de intensa ansiedad y temor que genera la experiencia de la ausencia de normas sociales eficaces, que suele producirse durante periodos de rápido cambio social”, sostiene el experto.
Mercedes entiende que pese a la mejoría en muchas áreas de la sociedad, la República Dominicana, carece de mayor empuje y enfoque en políticas neurálgicas para el desarrollo.
“La anomia social penetra en la angustia, miedo, inseguridad, insatisfacción, como consecuencia de la ausencia del orden social y su regulación. Allí donde las reglas sean iguales para todos”, detalla.
12 de junio
Desde el 2002 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) decretó el 12 de junio como fecha para generar conciencia sobre la magnitud del trabajo infantil. Esta conmemoración representa una oportunidad para impulsar iniciativas integrales de los gobiernos e invertir en programas y políticas con el objetivo de que las infancias estén protegidas y ejerzan sus derechos.
Agregar Comentario