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Cádiz (1973) Redactor y editor experto en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.
Hasta ahora, al comprar un frigorífico, una lavadora o un aire acondicionado, seguro te fijabas en esa pegatina de colores que va de la A a la G. Pues prepárate, porque a partir del 20 de junio de 2025, esa misma etiqueta energética llegará a los smartphones, móviles básicos y tablets que se vendan en toda la Unión Europea. No es una curiosidad menor, es una forma clara de saber si lo que compras será duradero, eficiente y fácil de reparar o no.
La idea viene de Bruselas y tiene un objetivo muy concreto: que puedas elegir mejor. No solo pensando en el precio o en las características técnicas, sino también en aspectos que normalmente pasan desapercibidos y que marcan una gran diferencia en el día a día. Por ejemplo, cuántas horas reales te durará la batería, cuántas veces podrás cargarlo antes de que empiece a perder rendimiento, si es fácil encontrar piezas si se rompe o si aguantará bien una caída accidental.
Lo primero será la clásica clasificación energética, desde la letra A (excelente eficiencia) hasta la G (muy baja). Pero lo más interesante está justo debajo. Verás un dato muy claro sobre la autonomía real del dispositivo, es decir, cuántas horas y minutos puedes usarlo antes de necesitar cargarlo de nuevo. También aparecerá una cifra sobre los ciclos de carga, o sea, cuántas veces puedes enchufarlo sin que se degrade notablemente.
Además, la etiqueta energética indicará la resistencia a impactos y salpicaduras, que no es lo mismo que sumergible, pero sí te orientará sobre si puede sobrevivir a una caída desde el bolsillo. Y un detalle muy útil: se puntuará la facilidad de reparación, algo que hasta ahora dependía de vídeos en YouTube o foros especializados.
Todo esto no es casualidad. La Unión Europea quiere dar un paso más hacia la sostenibilidad, y esta medida forma parte de un conjunto más amplio de normativas sobre ecodiseño. Por ejemplo, desde 2025 se exige que las baterías mantengan al menos el 80 % de su capacidad tras 800 ciclos de carga. También se obligará a los fabricantes a garantizar actualizaciones del sistema operativo durante al menos cinco años, y a que las piezas de repuesto estén disponibles durante un buen tiempo tras la compra.
Gracias a esta etiqueta, será mucho más fácil comparar entre modelos más allá del diseño o el procesador. Podrás saber si estás comprando un dispositivo que va a durarte años, o uno que se quedará obsoleto en poco tiempo. Y eso, en un contexto donde cambiar de móvil cada año ya no es la norma, puede suponer un ahorro importante y una elección más consciente.
La etiqueta se incluirá tanto en el embalaje físico como en la información online del producto, en tiendas y plataformas de venta. Incluso vendrá con un código QR que podrás escanear para ver más detalles en el registro oficial europeo.
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