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El neerlandés Thymen Arensman triunfó en la etapa más exigente del Tour de Francia el sábado, tras una larga y solitaria exhibición en colosales puertos de montaña, mientras que Tadej Pogačar amplió su ventaja en la clasificación general.
Arensman, del equipo Ineos-Grenadiers, consiguió la victoria más relevante de su trayectoria. Después de traspasar la línea de meta en la espesa niebla que cubría la estación de esquí de Superbagnères, Arensman se desplomó exhausto en el suelo, con la cabeza entre las manos.
Lideró una fuga y se marchó en solitario durante unos 37 kilómetros (23 millas) para conseguir una ventaja considerable antes de la meta. Inició la ascensión final a Superbagnères, de más de 12 kilómetros, en solitario, y resistió el intento de remontada de los principales contendientes.
Esta fue la segunda victoria de etapa en una Gran Vuelta para Arensman, habiendo ganado previamente una etapa en la Vuelta a España 2022.
Dado que Arensman no suponía una amenaza para la clasificación general, Pogačar y sus compañeros de equipo controlaron la carrera desde atrás, con el portador del maillot amarillo y su principal rival, Jonas Vingegaard, a unos tres minutos a falta de ocho kilómetros.
Vingegaard intentó un ataque a cuatro kilómetros de la llegada, pero Pogačar respondió sin problemas. Los dos adversarios se marcaron de cerca, y Arensman fue el primero en cruzar la cima, con más de un minuto de ventaja sobre la dupla.
Habiendo ganado las dos etapas anteriores en los Pirineos, Pogačar se conformó con el segundo puesto. Aceleró en el tramo final para arañar más tiempo a Vingegaard, quien completó el podio de la etapa.
En la clasificación general, Pogačar aumentó su ventaja sobre Vingegaard a cuatro minutos y 13 segundos, seguido por Florian Lipowitz, tercero a 7:53 de distancia, tras el abandono de Remco Evenepoel.
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