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¿La comunicación actual es igual que hace siglos? En esencia, la respuesta sería afirmativa. En cuanto a la forma, jamás.
Analizar el desarrollo de la comunicación a lo largo de los siglos es rastrear el progreso de la humanidad. Las continuas transformaciones siguen siendo sorprendentes.
Al principio, el lenguaje de los gruñidos y gestos dominó, así como los jeroglíficos y la arcilla, piedras y huesos como soporte.
Posteriormente, el papiro dio paso a un material de escritura más duradero: la vitela.
Pero la invención del papel y la imprenta fue clave para que la comunicación adquiriera una dimensión capaz de inmortalizar el conocimiento, al poder multiplicarse con la edición masiva de documentos. Gracias a la linotipia, primero de Pi Sheng, en China, y luego de Gutenberg, en Italia.
A medida que los libros se volvieron más accesibles y comunes, más personas aprendieron a leer y escribir. La difusión de ideas, descubrimientos e información se aceleró y generalizó.
El sistema telegráfico creado por Samuel Morse marcó el inicio de la comunicación moderna a distancia, utilizando corrientes eléctricas para representar letras o números (1850).
A medida que más personas se alfabetizaban y necesitaban comunicarse más entre sí, surgió el correo postal.
Basado en el descubrimiento de las ondas radiales de Hertz, Marconi envió con éxito un “telégrafo inalámbrico” a través del océano Atlántico.
Varios inventores en América y Europa desarrollaban el teléfono casi al mismo tiempo, pero fue Graham Bell quien logró el gran avance hacia 1876.
Después de resolver importantes dificultades técnicas, la televisión llegó a los hogares a finales de la década de 1940 y rápidamente se convirtió en la forma más popular de entretenimiento y comunicación del siglo XX.
Los teléfonos móviles primitivos aparecieron por primera vez en la década de 1940, pero el primer mensaje de texto fue enviado por el ingeniero Neil Papworth, desde su ordenador al teléfono de un amigo en la Navidad de 1992.
El correo electrónico comenzó como un foro de mensajes digitales para los científicos que trabajaban en ARPANET, donde nació el formato @.
Con Internet, todas las formas tradicionales de comunicación se han condensado y acelerado. Esta se ha vuelto más rápida y efectiva, aunque no necesariamente libre de confusiones, errores e incluso diatribas.
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