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Comencemos con “Los Pitufos”, que, al igual que “Trolls”, exprime al máximo a su cantante pop y actriz de doblaje. Rihanna presta su voz a Pitufina y aporta una nueva canción, dando una dosis de estrellato poco entusiasta a una película animada, por lo demás poco inspirada, de modesta escala y apta para niños.
“Los Pitufos”, dirigida por Chris Miller (“El Gato con Botas”, “Shrek Tercero”), se inspira mucho en el guion de “Trolls”. Ambas presentan pequeñas criaturas del bosque de colores vivos que aman la buena música. Al inicio de “Los Pitufos”, Papá Pitufo (John Goodman) es el DJ de una aldea de pitufos bailando.
Mientras los muchos Pitufos giran junto a las casas-hongo, quizás te preguntes cómo llegamos aquí. ¿Y qué es exactamente un Pitufo? Han pasado casi 70 años desde que el dibujante belga Peyo creó “Les Schtroumpfs”, aunque la mayoría de quienes todavía conocen a estos pequeños seres azules los recuerdan de los dibujos animados de Hanna-Barbera de los años 80.
Los Pitufos nunca han trascendido realmente sus orígenes de dibujos animados de los sábados por la mañana. Ni un par de películas híbridas de acción real de principios de la década de 2010 ni un estreno animado de 2017 han hecho mucho más que mantenernos vagamente al tanto de lo que es un gorro frigio.
Y es poco probable que “Los Pitufos” cambie eso. Lo mejor que se puede decir del último intento de relanzar a los seres belgas azules es que mantiene la atmósfera ligera de una caricatura matutina. Incluso con un corto de Bob Esponja, “Los Pitufos”, aparentemente diseñada para ser la menos ambiciosa de todas las posibles salidas entre padres e hijos, dura unos 90 minutos.
El problema central de la película de Miller es que a un Pitufo, el Pitufo Sin Nombre (James Corden), le falta un rasgo distintivo. Ya tiene tantos títulos que solo le quedan Pitufo Zapatero y Pitufo Domador de Tiburones, y ninguno de los dos promete.
Cuando el Pitufo Sin Nombre repentinamente adquiere poderes mágicos, aumenta su confianza, pero sin darse cuenta desata una peligrosa reacción en cadena. La explosión de magia revela la ubicación de la Aldea Pitufo y un libro mágico oculto desde hace mucho tiempo que, si se reúne con otros tres, otorga el dominio mundial. (Dato curioso: Esto también sucede si se juntan todas las primeras ediciones del “Ulises” de James Joyce).
El arrebato atrae la atención del malvado mago Razamel, hermano de Gargamel. (Ambos cuentan con la excelente voz de JP Karliak). Y los Pitufos se ven envueltos en una persecución dimensional para rescatar a Papá Pitufo, que ha sido secuestrado, e impedir que Razamel se apodere del cuarto libro. El viaje los lleva por París, Múnich, Australia y, brevemente, a la animación con plastilina.
La locura suele ser forzada. También hay criaturas parecidas a pelotas Koosh llamadas Snooter Poots, con una líder llamada Mamá Poot (Natasha Lyonne). Y si alguna vez soñaste con escuchar a Rihanna cantar, como una Pitufa, desde el asiento de una bolsa de canguro, por fin has llegado a tu película.
Pero cualquier expectativa de algo mejor se disipa rápidamente, a pesar de que “Los Pitufos” fue escrita por Pam Brady, guionista de “Hot Rod” y coguionista de “Team America: World Police”. La mayoría de los intentos de guiños para adultos son chistes trillados sobre Zoom, podcasts, filtros de spam y LinkedIn.
Casi se puede sentir la presión sobre los derechos de propiedad intelectual que impulsa a toda la empresa. Verás, hay otros nombres de Pitufos por ahí. ¿Y qué hay del Pitufo de Mandato Corporativo?
“Los Pitufos”, un estreno de Paramount Pictures, tiene clasificación PG (Apta para todos los públicos) por la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA) por su acción, lenguaje soez y algo de humor grosero. Duración: 92 minutos. Una estrella y media de cuatro.
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