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Este viaje a Escocia también pone una distancia física entre Trump y los últimos giros del polémico caso Jeffrey Epstein, un adinerado financiero hallado muerto en su celda en 2019 antes de su juicio por delitos sexuales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó este viernes a Escocia para una visita que combinará la diplomacia y las negociaciones comerciales con su gran afición, el golf, y que estará marcada por un enorme dispositivo de seguridad debido a varias protestas previstas.
Tras su llegada al aeropuerto de Prestwick, cerca de Glasgow, poco antes de las 20H30 locales (19H30 GMT), el magnate republicano se dirigió a Turnberry, uno de los dos campos de golf en Escocia que pertenecen a la empresa familiar dirigida por sus hijos.
La agenda oficial del presidente estadounidense está vacía el sábado, pero el domingo se reunirá con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien espera alcanzar un acuerdo sobre los aranceles.
A su llegada a Reino Unido, el presidente estadounidense dijo a la prensa que las posibilidades de un acuerdo eran “del 50%”, con puntos conflictivos aún por resolver en “quizás 20 cuestiones diferentes”.
Trump también tiene previsto apartarse en algún momento de los campos de golf para reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, pero todavía no hay detalles sobre el encuentro.
El dirigente laborista, que no tiene fama de ser un apasionado del golf, está más interesado en abordar otros temas, como la política comercial.
Estados Unidos y Reino Unido anunciaron un acuerdo comercial en mayo con el que Starmer logró evitar los exorbitantes aranceles con los que Trump había amenazado, pero Londres está preocupado por la intención expresada por el estadounidense de hacer “ajustes”.
El republicano afirmó en Escocia que la reunión con Starmer sería “más una celebración que una sesión de trabajo”. “El acuerdo está cerrado”, insistió.
Sin embargo, antes de partir de Washington, el impredecible dirigente no parecía dispuesto a ceder a la petición de Reino Unido de unos aranceles reducidos sobre el acero y el aluminio. Hasta ahora, Londres ha estado exento del 50% de los aranceles aplicados a las importaciones a Estados Unidos.
“Si lo hago por uno, tendría que hacerlo por todos”, afirmó antes de subir al avión.
La indignación por la guerra en Gaza también se perfila como un tema de la agenda, en un momento en que Starmer está bajo presión después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara que reconocerá el Estado palestino.
– Descontento –
Trump, de 79 años, tiene previsto regresar a Reino Unido en septiembre para una segunda visita de Estado — la primera fue en 2019 — por invitación del rey Carlos III, que promete ser ostentosa.
Este viaje a Escocia pone también una distancia física entre Trump y los últimos giros del polémico caso Jeffrey Epstein, un adinerado financiero hallado muerto en su celda en 2019 antes de su juicio por delitos sexuales.
Esta antigua figura del jet set de Nueva York mantenía una relación de amistad con Trump, pero ahora el presidente se enfrenta a la crítica de sus propios seguidores, que exigen acceso a los expedientes del caso Epstein.
Muchos de sus seguidores defienden una teoría conspirativa, según la cual, la muerte de Epstein fue incitada desde el “Estado profundo” para proteger a figuras prominentes de todos los sectores, sobre todo del Partido Demócrata y de Hollywood, que estaban vinculadas con la red sexual.
Trump negó tras llegar a Escocia que se le hubiera informado alguna vez de que su nombre aparecía en los archivos relacionados con Epstein.
“No, nunca, nunca se me informó, no”, aseguró, después de que el Wall Street Journal informara que la fiscal general le había comunicado en mayo que su nombre aparecía varias veces.
Este diario, que publicó un artículo que detalla los vínculos de larga data entre el dirigente y Epstein, fue excluido por la Casa Blanca de la cobertura del viaje a Escocia y demandado por Trump ante la justicia.
– Protestas –
El ministro principal de Escocia, John Swinney, afirmó que este territorio “comparte una fuerte amistad con Estados Unidos que se remonta a siglos”.
Swinney anunció que se reunirá con Trump y que el viaje del presidente estadounidense es una oportunidad para que Escocia “haga oír su voz sobre cuestiones importantes, como la guerra y la paz, la justicia y la democracia”.
Durante una visita previa en 2023, Trump afirmó que se siente como en casa en Escocia, donde su madre Mary Anne MacLeod creció antes de emigrar a Estados Unidos a los 18 años.
Esta declaración de afecto no impedirá el desarrollo de protestas este sábado en rechazo a su visita en Edimburgo y Aberdeen, donde la policía escocesa anunció una operación de seguridad importante.
Residentes, ambientalistas y funcionarios electos también han expresado su descontento por la construcción de un campo de golf por parte de los hijos de Trump en Balmedie, un pueblo al norte de Aberdeen.
Se trata tan solo de uno de los múltiples proyectos de la sociedad de cartera familiar a través del mundo, de la que Trump ya no tiene el control legal.
Sin embargo, sus opositores acusan al magnate de conflictos de interés y de usar su posición de influencia como presidente de Estados Unidos para promover inversiones privadas de su familia, especialmente en el extranjero.
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