Salud

¿El ayuno intermitente podría potenciar el rendimiento cognitivo?

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Se observó un aumento de microorganismos que producen butirato, un ácido graso con efectos antiinflamatorios y neuroprotectores.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Un estudio clínico reciente en España sugiere que el ayuno intermitente no solo ayudaría a adelgazar, sino que podría mejorar funciones cognitivas como la memoria, la atención y el control ejecutivo. No obstante, especialistas advierten que son resultados preliminares que no deben tomarse como recomendaciones generalizadas.

La investigación fue llevada a cabo por científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND) y publicada en la revista Gut. En ella, se evaluó el impacto de distintas intervenciones alimentarias en 96 adultos con obesidad, divididos en tres grupos: uno siguió una dieta mediterránea hipocalórica, otro una dieta cetogénica, y el tercero practicó ayuno intermitente en días alternos (ADA), alternando días de alimentación regular con jornadas de restricción calórica severa.

Después de 12 semanas, todos los grupos perdieron un promedio del 7% de su peso corporal. Sin embargo, el grupo que realizó ayuno intermitente mostró mayores beneficios en pruebas de memoria de trabajo, velocidad de procesamiento y funciones ejecutivas.

Adicionalmente, este grupo presentó una reducción significativa de marcadores inflamatorios como la ferritina y la proteína MCP-1, y una transformación positiva de la microbiota intestinal. Se observó un aumento de microorganismos que producen butirato, un ácido graso con efectos antiinflamatorios y neuroprotectores.

Según el investigador principal, Francisco J. Tinahones, “el ayuno intermitente mejora el rendimiento cerebral”, algo que tendría sentido desde una perspectiva evolutiva: “En tiempos de escasez, el cerebro debía mantenerse alerta para buscar alimento”.

Como parte del ensayo, los investigadores también trasplantaron la microbiota de los participantes a ratones, observando en ellos mejoras inmunológicas y menor neuroinflamación. “El ayuno genera señales químicas desde el intestino que impactan directamente en el sistema inmune del cerebro”, explicó la codirectora del estudio, Virginia Mela.

A pesar de los resultados alentadores, especialistas consultados advierten que el estudio tiene limitaciones importantes.

La médica especialista en nutrición Mónica Katz subrayó que se trata de un estudio “absolutamente preliminar” con duración limitada y muestra pequeña. También advirtió sobre los riesgos de imponer el ayuno como moda: “Muchas personas terminan comiendo de noche, el peor horario, lo que puede generar una alimentación desordenada”.

Marianela Aguirre Ackermann, médica especialista en Medicina Interna y Nutrición, señaló que si bien el estudio asocia el ayuno con mejoras cognitivas, sus resultados “no son contundentes ni suficientes para establecer recomendaciones clínicas”.

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Ambas expertas coincidieron en que los planes alimentarios deben adaptarse a cada persona y su contexto. “Los estilos rígidos no suelen ser sostenibles. Lo que funciona es un plan personalizado, adaptado a la vida real de cada quien”, afirmó Aguirre Ackermann.

Más allá del debate sobre la eficacia del ayuno intermitente, el estudio aporta nueva evidencia sobre la relación entre microbiota intestinal, inflamación y función cerebral, un campo de investigación en auge. “Dos dietas pueden generar la misma pérdida de peso, pero tener efectos muy distintos en el cerebro”, señaló Tinahones.

Sin embargo, los propios investigadores reconocen que aún es pronto para sacar conclusiones definitivas: “Se necesitan estudios más amplios, prolongados y personalizados”.

Mientras algunos ven en el ayuno intermitente una posible herramienta para mejorar la salud metabólica y cognitiva, la ciencia aún no valida su uso generalizado. Para los expertos, lo más importante sigue siendo una alimentación sostenible, sin rigidez y centrada en el bienestar a largo plazo.

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