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Nueva York. Cientos de canales de televisión y emisoras de radio en todo Estados Unidos corren el riesgo de desaparecer, luego de que el presidente Donald Trump lograra suprimir la financiación federal para los medios públicos, a los que acusa de tener un sesgo ideológico.
Los recortes supondrán un duro impacto para la difusión de información a nivel nacional, sobre todo en las zonas rurales con recursos limitados.
A instancias del presidente republicano, el Congreso aprobó el viernes la eliminación de mil 100 millones de dólares ya asignados para los próximos dos años a la CPB, la corporación sin fines de lucro que gestiona los fondos federales para la radiodifusión pública.
Creada en 1967, la CPB financia una parte minoritaria del presupuesto de NPR y PBS, pilares nacionales de la radio y la televisión. Pero también afectará a unas mil 500 emisoras de radio y canales de televisión locales que difunden parte de su contenido, desde Nueva York hasta Alaska.
“Sin financiamiento federal, muchas estaciones de radio y televisión públicas locales se verán obligadas a cerrar”, advirtió la presidenta de la CPB, Patricia Harrison.
Las voces de alarma suenan desde hace meses.
La emisora Prairie Public de Dakota del Norte estima que podría perder el 26 por ciento de su presupuesto por la combinación de recortes en las ayudas estatales y de la CPB. Para Vermont Public, están en juego cuatro millones de dólares en los próximos dos años.
“Tendremos que tomar decisiones muy difíciles sobre los programas que podremos mantener y los que tendremos que recortar”, resumió a la AFP Ryan Howlett, de la Sociedad de Radiodifusión Pública de Dakota del Sur (SDPB), que supervisa una decena de radios y otras tantas televisoras locales.
Trump, que califica a los medios de “mentirosos” y “enemigos del pueblo”, ordenó a principios de mayo el fin de las ayudas a NPR y PBS.
“Son medios de comunicación partidistas y de izquierda financiados por los contribuyentes, y este gobierno no cree que sea un buen uso del tiempo y dinero de los contribuyentes”, dijo el jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
“Salvavidas”
Promovida por el “Proyecto 2025” del centro de estudios conservador Heritage Foundation, la eliminación total de los fondos de la CPB marca un punto de inflexión. Otros intentos en el pasado encontraron oposición en el Congreso, incluso de republicanos en zonas rurales.
Para Dan Kennedy, profesor de periodismo en la Universidad Northeastern de Boston, es en estas zonas alejadas de los centros urbanos donde los recortes de subvenciones podrían tener “un efecto devastador”.
Para las comunidades remotas, “estas estaciones son un salvavidas absoluto (…) Cuando hay un tornado, es allí donde la gente se entera”, dijo.
Pero para Mike Gonzalez, autor del capítulo sobre los medios públicos en el “Proyecto 2025”, “los estados y los gobiernos locales pueden diseñar sistemas (de alerta) a un costo mucho menor que todo el aparato de radiodifusión pública, y sin los males asociados al sistema actual”.
El fin de la financiación federal es un nuevo golpe para la información local en Estados Unidos.
Debido a la disminución de lectores y las fusiones de grandes grupos, más de un tercio de los periódicos del país, es decir, 3 mil 300, han dejado de imprimirse desde 2005, según el último informe de la escuela Medill de la Universidad Northwestern.
De acuerdo con un estudio reciente de la plataforma Muck Rack y la coalición Rebuild Local News, actualmente hay 8,2 periodistas por cada 100 mil estadounidenses, frente a 40 a principios de la década de 2000.
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