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De acuerdo con informes de medios locales, los comunicados se enviaron hoy por correo electrónico a más de 1.100 empleados del Servicio Civil y a unos 250 funcionarios del Servicio Exterior estadounidense, quienes además serán suspendidos de empleo y sueldo en plazos de entre 90 y 120 días a partir de la fecha en que fueron notificados de su cese.
La supresión de estos cargos forma parte de un plan para centralizar y consolidar las operaciones de la entidad sin perjudicar su funcionamiento, plan que ha sido diseñado por el secretario de Estado, Marco Rubio. Rubio ya había anunciado al Congreso el pasado mes de mayo su intención de reducir en un 15% la plantilla del Departamento en EE.UU., que actualmente cuenta con 18.000 empleados.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, el objetivo de esta reestructuración es optimizar una “burocracia sobredimensionada que frena la innovación y asigna de manera inadecuada los escasos recursos” y también erradicar vestigios de “ideología política radical”.
La reorganización de la fuerza laboral en el Departamento de Estado afectará principalmente a oficinas centradas en derechos humanos y refugiados, una labor que será absorbida ahora por las oficinas regionales, según reportes de The New York Times.
“Heredamos una dinámica que necesitaba reformas y las estamos implementando”, explicó este jueves a la prensa la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, quien insistió en que la Administración cree en una política exterior que prioriza los intereses de Estados Unidos.
El inicio de la oleada de despidos masivos en el Departamento de Estado tiene lugar después de que el martes pasado, la Corte Suprema de Estados Unidos desbloqueara una orden ejecutiva para permitir que el Gobierno de Trump pueda seguir con las reducciones de personal federal.
La AFSA, organización sindical y profesional que agrupa a diplomáticos y funcionarios de carrera del Departamento de Estado, emitió un comunicado donde se opone “rotundamente” a lo que considera el desmantelamiento de una “fuerza diplomática de primera línea” en medio de un “momento de gran inestabilidad mundial”.