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Empatía comunicativa: Un reto constante

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Los hechos comunes a diario nos demuestran que, paradójicamente, a la vez que separa, también une, o por lo menos implica vinculación; es límite, pero también colindancia.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

TIJUANA BC, 17 DE JULIO DE 2025.- TIJUANA BC, 17 DE JULIO DE 2025 (AFN).- Una mujer, sin identificar oficialmente, fue hallada sin vida la noche del miércoles en el baño de un domicilio en Costa Coronado Residencial, delegación Playas de Tijuana; la víctima presentaba indicios de violencia.

Según información preliminar, el hecho se reportó cerca de las 20:19 horas, en la calle Costa Azul de dicho residencial, sobre una persona fallecida en el interior de un baño de una vivienda.

Elementos de la policía interrogaron a la persona que reportó, quien guio a los agentes al interior del baño, donde estaba lEn materia de comunicación, en general, y fronteriza en particular que nos atañe, la idea de un cambio dinámico sugiere una actividad elástica y evolutiva, un proceso continuo e irreversible que asuma una nueva forma de conectarnos con los otros. Además, los conceptos interrelacionados de interacción y dependencia mutua destacan aún más la inevitable influencia de los comunicadores locales; ambos vínculos implican que el acto mismo de vigilar, transmitir o descifrar los acontecimientos cotidianos, tiene necesariamente un impacto acumulativo sobre el significado de cualquier cosa que se diga o se haga en esta amplia región de ambas californias.

Comunicación y frontera, dos vocablos que podrían parecer opuestos, sin embargo, en nuestro caso geográfico específico, la tendencia a la unificación y al enlace constante, por lo menos en este aspecto, es inevitable, por lo tanto, ese probable ‘enfrentamiento’ fue desapareciendo con el correr de los años.

Con solo mencionar este tema en la zona donde vivimos, de inmediato se nos impone la idea de frontera lineal con todas las connotaciones de límite político, cultural, ideológico, ético y transitorio.

Interpretaciones posteriores, que sin duda representan factores y problemas concretos para quienes tenemos como tarea realizar una mejor comunicación en cualquiera de sus modalidades (comercial publicitaria, contenidos para redes sociales, periodística o político-propagandística), porque la comunicación se manifiesta con peculiaridades específicas y determinantes. El fenómeno abstracto se materializa, se configura como un desafío constante que debe ser enfrentado – -como Perseo a la mitológica Medusa, con un escudo de bronce que haga las veces de espejo, para luego convertirse él, en la representación y conquista del hombre sobre la barbarie y la ignorancia, para salir adelante mediante el arte-.

Pero volviendo a nuestros días, ahí no termina el trabajo desafiante ni las dificultades. Porque desde tal perspectiva, al comunicador de esta frontera se le asigna el papel, entre otras tareas, de presunto defensor de nuestro idioma, frente a los ataques de los giros, vocablos y formas anglosajonas de expresión incrustadas en nuestro, de por sí, maltratado idioma español -las redes sociales a partir de Internet son una muestra de lo que digo-, porque ¿qué significaban en nuestro idioma, hasta hace algunos años atrás, expresiones como: selfie, apps, like, photobomb, googlear, twittear, taguear, meme, postear, hashtag, blogs, streaming, swipe,feed, o trending topics?

Nada, absolutamente nada.

Sin embargo, el problema no es tan simple si se intenta abordarlo con objetividad e imparcialidad profesional, pues si bien es cierto que la palabra frontera se toma generalmente en el sentido de un límite que marca el fin de algo, una línea que separa. Los hechos comunes a diario nos demuestran que, paradójicamente, a la vez que separa, también une, o por lo menos implica vinculación; es límite, pero también colindancia. Es merma, pero a la vez extensión o continuidad de esta misma en ambas direcciones.

La proximidad de diferentes lenguas, ideas, costumbres y modos de pensar extraños -o solo diferentes a los nuestros-, son elementos que el comunicador no puede ni debe descartar, que afectan en gran medida desde la configuración de sus noticias o campañas hasta los modos, la realización de los mensajes y los planes de medios y formas de difusión de estos.

Se me podría objetar que esa cercanía no es exclusiva, dado que el fenómeno de la globalización -apoyado en gran forma por el desarrollo tecnológico que permite la cobertura mundial de las emisiones vía Internet o cable-, de hecho, abarca regiones y países muy alejados. Yo respondería que no debemos olvidar los contextos, o, evocando a Ortega y Gasset pensemos en ‘yo y mi circunstancia’, frase clave que resume la visión del ser humano y su relación con el mundo que lo rodea. Hoy la conectividad inmediata nos pone al alcance de todo el Planeta Tierra y, por ende, la información es comparada, evaluada y analizada precisamente con nuestro entorno y circunstancia.

Por este lado, podríamos seguir profundizando el problema, es decir, por el flanco de la frontera geográfica y sus implicaciones, positivas y negativas. Pero también debemos vivir otras fronteras, que son las que enriquecerán mayormente el tema. Una frontera tan o más compleja aún que la mencionada. Me refiero a la frontera temporal, a esa línea que apunta en el horizonte la proximidad de nuevos desafíos provocados por el crecimiento desmedido, desordenado; las competencias feroces, un desarrollo mal entendido y peor aplicado más allá de un comercio floreciente que se disputa el mejor poder adquisitivo de las dos californias. La creciente y sólida región que conforman ambos países, en una sinergia con visos únicos e irrepetibles en el mundo, son la muestra más viva de esa dinámica con carácter permanente. Los miles de cruces diarios en ambas direcciones lo certifican.

No ayudan las estrictas y apresuradas medidas arancelarias y de otro tipo, de un presidente vecino montado en su autoridad y porfía que alteran las buenas intenciones, azuzando sin control ni medida a justos y pecadores, seguramente porque le resulta más rápido y menos trabajoso que investigar a fondo y medir con justicia objetiva. Un llamado a su conciencia para que revise estas órdenes que producen malestar al grueso de la población, mayormente joven y trabajadora de manos inmigrantes que engrandecen a ese país con sus acciones nobles y positivas, fertilizando la economía a corto, mediano y largo plazo.

Ya está demostrado que la creciente y poderosa región Tijuana-San Diego, es la muestra más viva de esa dinámica con carácter permanente.

Los escenarios que tenemos a nivel mundial no son muy optimistas que digamos y se reflejan en las actitudes y comportamientos de las generaciones intermedias. Al parecer y sin ningún ánimo apocalíptico, este panorama se debate y se mezcla entre la destrucción y la educación. El desastre, si dejamos que la inercia nos lleve a cualquier parte; una mejor educación como vía para superar los obstáculos que tenemos en esta poblada y generosa zona que habitamos, disfrutamos, sufrimos y transitamos todos los días, según sea el caso.

Problemas serios que suceden en todo el mundo y que aquí, también los vivimos, aunque en menor intensidad; desde los económicos hasta los ideológicos, pasando por otros de índole político, demográficos, ecológicos y psicológicos, provocados precisamente por la inseguridad pública, el desempleo, la explotación, discriminación y otras aberraciones por el estilo.

Al parecer, estaríamos presenciando la espantosa y paradójica incapacidad de la humanidad ‘para ser más humana’. Muchos de los valores, ideas y modos de pensar que orientaron a nuestras sociedades en los siglos anteriores, han pasado a ser irónicamente, cosa del pasado, parece ser que ya nada pueden ofrecernos. Cayeron en la obsolescencia. La mejor salida será pues, encontrar nuevas opciones, informar y educar conforme a esta realidad actual y a los nuevos retos. Pero más que de educación formal, me permito subrayar, se trataría de una reeducación informal, la que emana del seno familiar, de la vida, los desafíos cotidianos, del amor y de nuestro entorno. De esa educación, que en gran medida y sin ánimo de encasillar responsabilidades, está en manos de los comunicadores que son los que más permean en la sociedad.

El fracaso de la humanidad en los siglos ya vividos se les ha atribuido a las ideologías. La perspectiva para el éxito o fracaso de los siguientes años; descansa, insisto, en el desarrollo profesional humanístico de la comunicación, en cualquiera de sus expresiones masivas. a la mujer boca abajo, ya fallecida, a quien se le apreciaron golpes en la cabeza.

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