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El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos ha llevado a cabo más arrestos desde que Trump inició su segundo periodo, y hay noticias de redadas en todo el país.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido deportar “a lo peor de lo peor”.
A menudo habla en actos públicos sobre los numerosos “criminales peligrosos” — entre ellos asesinos, violadores y depredadores de menores — de todo el mundo que, asegura, entraron ilegalmente a Estados Unidos durante el Gobierno del expresidente Joe Biden.
Se comprometió a expulsar a millones de migrantes en el programa de deportación más extenso en la historia del país para resguardar a los ciudadanos respetuosos de la ley de las amenazas violentas que, según él, representan.
Pero los datos gubernamentales sobre las detenciones muestran una historia diferente.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha realizado más arrestos desde que Trump comenzó su segundo mandato, y hay reportes de redadas por todo el país.
Sin embargo, la mayoría de las personas arrestadas actualmente por el ICE no tienen condenas penales. De aquellas que sí las tienen, relativamente pocas han sido condenadas por delitos graves, un marcado contraste con la aterradora pesadilla que Trump describe para sustentar su estrategia de seguridad fronteriza.
“Hay una profunda incongruencia entre el discurso y la realidad”, señaló Ahilan Arulanantham, codirector del Centro de Derecho y Política de Inmigración de la Facultad de Derecho de la UCLA. “En esta administración, y también en la administración previa de Trump, afirman constantemente que van tras lo peor de lo peor y solo hablan de la aplicación de la ley de inmigración como si se tratara de perseguir a individuos violentos y peligrosos con amplios antecedentes penales. Y, sin embargo, las personas a las que arrestan son, de manera abrumadora, personas que no tienen ningún historial delictivo de ningún tipo”.
Las estadísticas más recientes del ICE muestran que, al 29 de junio, había 57,861 personas detenidas por la agencia, de las cuales 41,495 — 71.7% — no tenían condenas penales.
Eso incluye a 14,318 personas con cargos penales pendientes y 27,177 que están sujetas a la aplicación de la ley de inmigración, pero no tienen condenas penales conocidas ni cargos penales pendientes.
El ICE asigna a cada detenido un nivel de amenaza en una escala de 1 a 3, siendo 1 el más alto. Quienes no tienen antecedentes penales se clasifican como “sin un nivel de amenaza del ICE”.
Al 23 de junio, la fecha más reciente de la que existe datos, al 84% de las personas detenidas en 201 instalaciones de todo el país no se les adjudicó un nivel de amenaza. Otro 7% fue catalogado como una amenaza de nivel 1, el 4% era de nivel 2 y el 5% era de nivel 3.
“El presidente Trump ha justificado esta agenda de inmigración, en parte, haciendo afirmaciones falsas de que los migrantes impulsan el crimen violento en Estados Unidos, y eso simplemente no es cierto”, señaló Lauren-Brooke Eisen, directora de alto nivel del programa de justicia del Brennan Center for Justice. “No hay investigación ni evidencia que respalde sus afirmaciones”.
Tricia McLaughlin, subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), tildó de “falsa” la evaluación de que el ICE no detiene a inmigrantes con antecedentes penales y dijo que la secretaria del DHS, Kristi Noem, ordenó al ICE que “arrestara a lo peor de lo peor, incluidos miembros de pandillas, asesinos y violadores”.
Calificó a los detenidos con condenas, así como a aquellos con cargos pendientes, como “extranjeros ilegales criminales”.
Datos no públicos obtenidos por el Instituto Cato muestran que, al 14 de junio, el 65% de las más de 204,000 personas procesadas en el sistema por el ICE desde el inicio del año fiscal 2025, que comenzó el 1 de octubre de 2024, no tenían condenas penales.
De aquellas que sí las tenían, solo el 6.9% había cometido un crimen violento, mientras que el 53% había cometido delitos no violentos que encajaban en tres categorías principales: inmigración, tráfico o delitos contra la salud.
Los arrestos totales del ICE aumentaron a fines de mayo después de que el subjefe de despacho de la Casa Blanca, Stephen Miller, impusiera a la agencia una cuota de 3,000 arrestos al día, frente a 650 al día en los primeros cinco meses del segundo mandato de Trump.
El ICE arrestó a casi un 30% más de personas en mayo que en abril, según Transactional Records Clearinghouse (TRAC). La cifra volvió a incrementarse en junio, en otro 28%.
El Instituto Cato encontró que, entre el 8 de febrero y el 17 de mayo, el promedio diario de “no criminales” procesados en el sistema osciló entre 421 y 454. En las dos semanas siguientes, a finales de mayo, ese número aumentó a 678 y luego subió a 927 en el periodo del 1 al 14 de junio.
“Lo que estamos viendo es este enorme aumento en la financiación para detener personas, expulsar personas, hacer cumplir las leyes de inmigración”, afirmó Eisen. “Y lo que estamos observando es que muchas de estas personas, volviendo a tu pregunta original, no son individuos peligrosos”.
Abigail Jackson, portavoz de la Casa Blanca, dijo que la administración está enfocada intensamente en erradicar a los criminales no verificados que se encuentran en el país ilegalmente.
“Esta semana, la Administración llevó a cabo una operación exitosa al rescatar a varios niños de la explotación laboral en una instalación de marihuana en California, y continuó arrestando a lo peor de lo peor, incluidos asesinos, pedófilos, miembros de pandillas y violadores”, escribió en un correo electrónico. “Cualquier insinuación de que la Administración no está enfocada en estos criminales peligrosos es completamente incorrecta”.
Si bien la mayoría de los detenidos por el ICE no son criminales condenados, sí hay detenidos que han cometido delitos graves.
El viernes, la administración divulgó información sobre cinco delincuentes de alto nivel que habían sido arrestados.
Durante su campaña, Trump destacó varios casos en los que inmigrantes que están en el país ilegalmente fueron arrestados por crímenes horrendos.
Entre ellos está el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de Georgia de 22 años que fue asesinada el año pasado por un venezolano que estaba en Estados Unidos sin autorización.
José Ibarra fue declarado culpable de asesinato y otros delitos en el asesinato de Riley, ocurrido en febrero de 2024, y fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Ibarra busca un nuevo juicio.
En enero, Trump firmó la Ley Laken Riley, que exige la detención de inmigrantes no autorizados acusados de robo y crímenes violentos.
Sin embargo, en las investigaciones se ha descubierto constantemente que los inmigrantes no impulsan el crimen violento en Estados Unidos y que, de hecho, cometen menos delitos que los estadounidenses nacidos en el país.
Por ejemplo, en un documento de trabajo de 2023 del National Bureau of Economic Research se informa que, durante 150 años, los inmigrantes han tenido tasas de encarcelamiento más bajas que las personas nacidas en Estados Unidos.
De hecho, tales tasas han disminuido desde 1960: según el documento, los inmigrantes tenían un 60% menos de probabilidades de ser encarcelados.
Los expertos afirman que la falsa retórica del Gobierno de Trump crea un daño real.
“Hace que las personas en las comunidades inmigrantes se sientan atacadas y marginadas”, señaló Arulanantham. “Crea más espacio político y social para el odio en todas sus formas, incluidos los crímenes de odio contra las comunidades inmigrantes”.
Eisen destacó que el impacto se extiende también a otras comunidades.
“Todos los estadounidenses deberían querer comunidades seguras y prósperas, y esta idea de que el presidente de Estados Unidos hace declaraciones engañosas sobre la verdad y distorsiona la realidad no es la manera de ofrecer seguridad pública”, dijo.
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