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Es primordial acatar el código de vestimenta, que es la sugerencia de la anfitriona para vestir apropiadamente para la ocasión especial, sin olvidar, por supuesto, que no hay que abandonar tu estilo personal.
El atuendo para una tarde de té combina elegancia, sencillez y respeto por la ocasión. Este tipo de evento, con orígenes en la tradición británica, demanda formalidad y, en muchos casos, la temática propuesta. Si te han invitado a un té temático, te explico cómo asistir impecable siguiendo las reglas de etiqueta y protocolo, con ideas actuales para mujeres.
Erika Cartledge, estilista de moda, recomienda un atuendo elegante pero alegre: “Piensa en colores pasteles, tonos divertidos, estampados de flores y telas con volumen” para reflejar un ambiente ligero. Advierte que el vestido sea discreto y conservador, preferiblemente con una silueta corte A hasta la rodilla o midi, evitando estilos demasiado ajustados o reveladores.
Para una mujer, los protagonistas indiscutibles son los vestidos midi, las faldas con blusas delicadas o los conjuntos de dos piezas bien coordinados. Las telas juegan un papel crucial: elige texturas suaves como lino, seda, algodón o encaje fino, que aporten frescura sin perder estructura.
Lo ideal es que los asistentes usen tonos pastel, neutros o florales suaves, que evocan delicadeza y feminidad. Se deben evitar los colores demasiado oscuros o brillantes, para no romper con la atmósfera ligera del evento. El estampado floral siempre es bienvenido, especialmente si el evento es al aire libre, en un jardín o terraza.
Los accesorios son un ‘must’, esa pieza que le dará el toque, la cereza del pastel. Si la tarde de té tiene un aire formal o se inspira en el protocolo inglés, un fascinator o tocado delicado que aporte distinción sin exagerar.
Los bolsos deben ser pequeños y estructurados, ¿una opción perfecta? un clutch de rafia o satén en tonos crema o pastel; la joyería siempre discreta: perlas, pendientes pequeños y relojes clásicos son suficientes para completar el conjunto. El calzado debe ser elegante pero cómodo: tacones medios o bajos, sandalias cerradas o bailarinas con diseño sencillo son la mejor elección.
Vestirse para una tarde de té es, en definitiva, una forma de rendir homenaje a la elegancia clásica con un toque personal. Se trata de cuidar cada detalle, desde la elección del vestido hasta la forma de sostener la taza. Un gesto de buen gusto que nunca pasa de moda.
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