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Hogan es visto como la figura más emblemática de la lucha libre a escala global.
Julio está por concluir, dejando un vacío cultural significativo, a raíz del adiós de personalidades icónicas del entretenimiento. Recordar este mes generará melancolía en millones de fanáticos alrededor del planeta, debido a las inesperadas partidas de figuras, aún activas en el mundo del combate.
Una de las despedidas más impactantes fue el 24 de julio, cuando el legendario luchador profesional estadounidense, Hulk Hogan, murió en La Florida, debido a problemas cardíacos.
Hogan, reconocido por su imponente físico, su inconfundible bigote rubio y su pañuelo en la cabeza, también consiguió notoriedad con algunos roles en series de televisión y películas.
Habría pasado sus últimos días con oxígeno y su peso disminuyó considerablemente, según informaciones periodísticas que indicaron, además, que su salud era muy delicada.
En un giro inesperado, el fallecimiento del actor Malcolm -Jamal- Warner (54), también causó gran conmoción.
El intérprete, quien alcanzó la fama en “The Cosby Show”, perdió la vida ahogado en Costa Rica, donde vacacionaba con su familia, el pasado 20 de julio.
Se encontraba nadando en Playa Grande, cerca del pueblo de Cahuita en la provincia de Limón en la costa caribeña de Costa Rica, aproximadamente a las 2:30 de la tarde hora local del domingo, cuando una corriente lo arrastró mar adentro, según Associated Press.
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Dos días después, muere mientras dormía, la leyenda del jazz Chuck Mangione. El destacado músico y compositor estadounidense tenía 84 años.
Su trayectoria alcanzó proyección internacional en la década de 1970 con temas como “Feels so good”, cuya producción discográfica es considerada uno de los álbumes de jazz más exitosos de todos los tiempos.
Ese mismo día también falleció Ozzy Osbourne, un ícono del heavy metal.
El legendario músico británico Ozzy Osbourne (76), fundador y vocalista de la banda Black Sabbath, logró reunirse por última vez con su público el pasado mes de junio, ofreciendo un último concierto que describió como una “despedida definitiva”.
Con su partida, el rock pierde a uno de sus grandes íconos, cuyo legado se extiende por más de cinco décadas de música.
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