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¿Justicia imparcial… o fingida?

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La inesperada destitución del fiscal adjunto Gerinaldo Contreras, encargado de los sectores Cristo Rey, La Puya e Isabel Villas, ha impactado a comunidades que ahora exigen justicia.

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La inesperada destitución del fiscal adjunto Gerinaldo Contreras, encargado de los sectores Cristo Rey, La Puya e Isabel Villas, ha impactado a comunidades que ahora exigen justicia. Su cese no solo es un abuso, sino un acto que revela las oscuridades tras los muros de la institucionalidad.

¿Cómo comprender que en un gobierno que se dice moderno y revolucionario, los jueces y fiscales favorezcan sistemáticamente a los poderosos, protegidos por el dinero y el cinismo legal?

Nuestro caso tiene nombre y rostro: una persona que durante más de siete años ha establecido un régimen de terror judicial contra sus propios vecinos. Con el apoyo de abogados sin ética, ha distorsionado hechos y sembrado confusión sin el menor reparo.

El objetivo: apropiarse, junto a una red delictiva, de terrenos del cinturón verde con fines inmobiliarios.

La evidencia es clara. En varias grabaciones se escucha una confabulación para crear una directiva falsa de la Junta de Vecinos.

Un video muestra a más de 50 personas — ninguna residente del área — participando en una supuesta asamblea, orquestada para nombrar una falsa directiva de no residentes en el sector y otros acusados por delitos inmobiliarios.

En otros audios se busca persuadir al administrador judicial para que continúe con el fraude. El administrador, sintiéndose amenazado, contactó a Gerinaldo quien inmediatamente actuó con firmeza, deteniendo a varios implicados.

Sin embargo, la Inspectoría del Ministerio Público ignoró las pruebas, escuchó solo a los agresores y los sancionó en una investigación que huele a venganza y complicidad.

A esta red se suman fiscales, alguaciles y notarios, cuyos nombres aparecen en los audios y videos. Los abogados involucrados no solo fabrican testigos y extorsionan en los tribunales, sino que también manipulan la opinión pública con noticias que algunos medios replican sin verificación.

Gerinaldo Contreras no merece ser destituido, sino respaldado por un Ministerio Público que dice luchar contra la corrupción.

Autoridades como Rosalba Ramos y Yeny Berenice deben garantizar la justicia y desmantelar esta estructura mafiosa.

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