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NUEVA YORK (AP) — Amanda Serrano, tras perder por tercera vez ante Katie Taylor, lo que mantuvo a Taylor como campeona indiscutible de las 140 libras, no pudo evitar las lágrimas.
No por la tristeza de su derrota, sino por la gratitud por lo logrado en el boxeo femenino desde que ambas campeonas iniciaron su trilogía hace tres años.
Taylor ganó por puntuaciones de 97-93 en dos tarjetas de los jueces, mientras que la tercera fue un empate de 95-95, dando una decisión mayoritaria. Fue el tercer final ajustado consecutivo entre ambas, luego de que Taylor obtuviera una decisión dividida en su primer combate y una ajustada decisión unánime en la revancha.
De nuevo, un ambiente festivo frente a otra multitud de más de 19,000 personas con boletos agotados en el Madison Square Garden, dividida entre fanáticos irlandeses y puertorriqueños, tal como fue cuando pelearon aquí por primera vez el 30 de abril de 2022, en lo que fue el primer combate de boxeo femenino en encabezar el recinto.
Esta vez, la arena fue sede de su primera cartelera femenina transmitida en Netflix, y muchas de las boxeadoras afirmaron durante la previa que debían su oportunidad al interés creado por la trilogía Taylor-Serrano.
“Fue una noche increíble para todas las mujeres y lloro porque todo es gracias a ustedes”, dijo Serrano a la multitud en el ring después. “Ustedes nos apoyan y gracias a ustedes podemos demostrar nuestras habilidades”.
De vuelta en el Madison Square Garden, escenario de su primera pelea, Taylor mejoró su récord a 25-1 en una pelea que quizás no fue tan emocionante como las dos primeras, pero una vez más fue muy reñida para decidir.
“Hicimos historia tres veces”, dijo Taylor, medallista de oro olímpica en 2012. “Es un gran privilegio compartir el ring con ella y somos creadoras de historia para siempre, y mi nombre está unido al de Amanda para siempre y estoy muy feliz por eso”.
Serrano (47-4-1) realmente no lastimó a Taylor esta vez, en la esperada pelea final entre ambas, como lo hizo en combates previos, y se tapó los ojos con las manos cuando el primer marcador anunciado fue el empate, quizás sabiendo en ese instante que no había hecho lo suficiente.
Serrano estaba sonriente al inicio en un alegre paseo por el ring acompañada por las Knicks City Dancers, pero al final fue la misma angustia.
Apenas hubo asaltos decisivos, sin que ninguna de las boxeadoras pudiera mantener mucha ofensiva mientras los asaltos de dos minutos pasaban volando. Serrano ha estado peleando sus recientes combates con asaltos de tres minutos, como en el boxeo masculino, y ha argumentado que Taylor se retiró de un acuerdo para usar ese formato en esta pelea.
No hubo golpes significativos en el primer asalto, después de que Serrano sorprendiera a Taylor en noviembre pasado en su segundo enfrentamiento. Para el tercero, intercambiaban golpes y ambos acertaban con las ráfagas que habían producido tantas en sus dos primeros combates, pero no hubo mucho más de eso. Serrano pareció pelear con más cautela y mantener la distancia, quizás recordando cómo fue ensangrentada por un choque de cabezas en la revancha.
Serrano, la campeona mundial de siete divisiones que sigue siendo campeona en las 126 libras, que siente que es su mejor peso, volvió a intentar un salto aún mayor que en la primera pelea. Taylor todavía peleaba en el límite de peso ligero de 135 libras en ese entonces, pero desde entonces ha ascendido hasta convertirse en indiscutible en una segunda división.
Las banderas irlandesas y de Puerto Rico estaban por todo el estadio y los fanáticos comenzaron a cantar y bailar en voz alta durante el evento coestelar, mientras Alycia Baumgardner (16-1) vencía a Jennifer Miranda (12-1) para retener sus títulos indiscutibles de las 130 libras, y un reloj de cuenta regresiva comenzó a mostrar el tiempo restante para la pelea Taylor-Serrano.
Había 17 títulos mundiales de los cuatro principales organismos sancionadores en juego durante la noche, en lo que “Guinness World Records” dijo que estableció la marca de la mayor cantidad en una sola cartelera.
Shadasia Green (15-1) superó a Savannah Marshall (13-2), cuya única derrota previa fue ante Claressa Shields, por decisión dividida para unificar los títulos de peso súper mediano y ganar un bono de $250,000 por la actuación de la noche.
En la pelea final de la parte preliminar de la cartelera, la australiana Cherneka Johnson (18-2, 8 KOs) golpeó a Shurretta Metcalf (14-5-1) hasta que la pelea fue detenida en el noveno asalto para convertirse en la campeona indiscutible de peso gallo.
Ellie Scotney (11-0) agregó un tercer cinturón de peso supergallo a los dos que ya tenía con una victoria por decisión unánime sobre Yamileth Mercado (24-4).
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