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Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.
El verano trae consigo días más largos, menos obligaciones y, en muchos casos, más tiempo para cuidar de uno mismo. Es precisamente en esta época del año cuando resulta más fácil introducir cambios positivos en la rutina, desde moverse más hasta dormir mejor. Y en este escenario, los smartwatches se han convertido en aliados clave para quienes desean llevar una vida más saludable.
Según la 2025 European Health Behaviour Survey, más del 80% de los usuarios de smartwatches aseguran haber mejorado sus hábitos gracias a estos dispositivos. Lejos de ser una simple moda tecnológica, se han consolidado como una herramienta que impulsa el bienestar diario: motivan a caminar más, a controlar el sueño y a estar atentos a señales vitales que a menudo pasan desapercibidas.
Esta conciencia sanitaria, además, está en auge. El 78% de los europeos se muestra más consciente de cómo afectan sus decisiones cotidianas, desde la comida al descanso, a su salud general. Y es que un pequeño gesto, como recibir un recordatorio para moverse tras estar mucho tiempo sentado, puede marcar la diferencia.
Entre todas las funciones que ofrecen los smartwatches actuales, el seguimiento de la actividad física y la salud cardiaca destacan. El 68% de quienes usan un wearable consultan a diario su ejercicio físico, y un 53% revisa de forma regular su frecuencia cardiaca. Incluso el 93% de los médicos ha atendido a pacientes que acudieron a consulta tras recibir una alerta de salud en su reloj.
Pero hay más: indicadores como el pulso, la tensión arterial o la saturación de oxígeno ya no están reservados a visitas clínicas. Hoy, gracias a dispositivos como el HUAWEI WATCH 5 o el nuevo WATCH FIT 4 Series, con precios desde 169 euros, estos datos están al alcance de cualquiera desde la muñeca.
No es solo una cuestión de moda o tecnología. El 80% de los médicos generalistas recomienda ya a sus pacientes el uso de dispositivos sanitarios inteligentes, y un 72% desea que sus pacientes sean más proactivos en el control de su salud. De hecho, los médicos insisten en que métricas como la presión arterial o el ECG deberían medirse con frecuencia, y los smartwatches pueden ayudar a cumplirlo sin necesidad de ir al centro médico.
Eso sí, aún queda camino por recorrer. Aunque su adopción crece, la mitad de la población europea no utiliza ningún tipo de wearable. Las razones van desde el desconocimiento hasta el uso de modelos antiguos que no ofrecen las últimas funciones médicas certificadas.
El ritmo pausado del verano es ideal para reconectar con uno mismo y adoptar nuevos hábitos. Establecer metas de pasos, mejorar el descanso o simplemente estar al tanto de tu pulso mientras caminas por la playa puede parecer algo trivial, pero suma. Si además tienes en tu muñeca un dispositivo que lo mide todo y te avisa de cualquier anomalía, mejor que mejor.
Y lo más interesante es que esta tecnología sigue avanzando. Dispositivos como el HUAWEI WATCH D2 incluyen funciones como la medición de la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), que aportan información más detallada y útil para la prevención. Con estas mejoras, los smartwatches dejan de ser un simple contador de pasos para convertirse en una herramienta de salud real.
El verano puede ser el punto de partida para un cambio que se mantenga el resto del año. Con más tiempo libre, menos estrés y más opciones para moverse, el momento es perfecto. Y si además cuentas con un smartwatch que te ayude a seguir ese camino, no estás solo.
Al fin y al cabo, no se trata solo de hacer deporte o comer bien: se trata de conocerse mejor y tomar el control de la propia salud. Y eso, en pleno 2025, pasa también por llevar tecnología en la muñeca.
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