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Texas.- Veintisiete baúles de camping se utilizaron este lunes para clamar justicia frente a la Casa Blanca por las niñas y monitoras de un campamento cristiano de verano que perecieron en las inundaciones en Texas a principios de mes.
Un grupo de activistas, junto a familiares de víctimas y jóvenes de la zona, colocaron esos equipajes en el parque de la Elipse, al sur de la residencia presidencial estadounidense, para rendir homenaje a las fallecidas y exigir al Ejecutivo federal que rinda cuentas.
La manifestación protestó contra los recortes en los sistemas de emergencia, que están en el centro de la polémica por el papel que su debilitamiento pudo haber jugado en una tragedia que ya se cobró al menos 135 vidas — entre ellas 27 menores que estaban en “Camp Mystic” — y en la que todavía hay tres desaparecidos.
El objetivo, según Samantha Gore, activista climática oriunda de Texas, era pedir responsabilidades por lo sucedido, solicitar a las autoridades locales que proporcionen todos los fondos disponibles para ayudar a las familias afectadas y lograr que las empresas que contribuyen al cambio climático con sus políticas asuman su cuota de culpa.
“Queremos asegurarnos de que esto no vuelva a suceder”, dijo rodeada de otros militantes y de seres queridos de las familias afectadas, “afrontar la situación y evitar que se repita, no es un asunto partidista”, añadió.
Las niñas y monitoras fallecidas se encontraban en el campamento de verano Mystic.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) explicó que en un lapso de apenas 12 horas, en la noche del 3 al 4 de julio, se acumularon más de 30 centímetros de precipitaciones, lo que elevó el caudal del Guadalupe a su segundo nivel más alto registrado, con 9.9 metros de altura.
Billy Baird fue uno de los que participaron este lunes en Washington para pedir explicaciones por la gestión de la tragedia, en su caso informó que su sobrino de ocho años fue evacuado de un campamento también cercano a donde las niñas murieron.
“Esto fue algo sin precedentes, pero muchas de las niñas de ese campamento estaban en un terreno inundable, te rompe el corazón”, dijo a EFE después de un acto en el que alertó que “nadie está a salvo” de este tipo de fenómenos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó el pasado 6 de julio una declaración de emergencia para responder a las inundaciones en Texas, lo que permitió que la Agencia Federal de Manejo de Emergencia (FEMA) se activara en la zona para apoyar a las autoridades locales y estatales.
Las autoridades locales fueron cuestionadas por ciudadanos y expertos por no haber ordenado la evacuación de las áreas cercanas al río, a pesar de las intensas lluvias y las alertas emitidas por el NWS, pero también está en entredicho que algunas comunidades rechazaran aumentar el gasto municipal para mejorar sus sistemas.
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