Salud

Salud mental en peligro debido al uso inadecuado de teléfonos inteligentes

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Estos efectos negativos de las redes sociales son "especialmente dañinos para los niños, dada su vulnerabilidad y su falta de experiencia en el mundo".

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El estudio muestra que los jóvenes entre 18 y 24 años que recibieron su primer smartphone a los 12 años o antes tienen mayor propensión a experimentar pensamientos suicidas, agresividad, desconexión de la realidad, inestabilidad emocional o baja autoestima. La posesión de un móvil antes de los 13 años también se asocia con una disminución de la autoestima y la resiliencia emocional en las mujeres, y con una menor estabilidad, tranquilidad, confianza en sí mismos y empatía en los hombres, cuando llegan a la edad adulta.

Un análisis más detallado revela que el acceso temprano a las redes sociales explica alrededor del 40% de la relación entre la posesión de un móvil en la infancia y la mala salud mental posterior, el 13% de las malas relaciones familiares, el 10% del ciberacoso y el 12% de los trastornos del sueño.

La influencia de las redes sociales en la mala salud mental de los jóvenes que las usaron de niños está estrechamente relacionada, según los autores, con factores como la promoción de comparaciones entre personas, el consumo excesivo de tiempo y sueño, y la amplificación de contenido perjudicial a través de algoritmos.

Estos efectos negativos de las redes sociales son “especialmente dañinos para los niños, dada su vulnerabilidad y su falta de experiencia en el mundo”.

El estudio fue realizado por Sapien Labs, una organización científica fundada y dirigida por la neurocientífica de la Universidad de Stanford, Tara Thiagarajan, que posee una de las mayores bases de datos del mundo sobre salud mental.

Thiagarajan, autora principal del estudio, y su equipo utilizan el Mind Health Quotient, una herramienta de autoevaluación psiquiátrica que mide el bienestar social, emocional, cognitivo y físico, para generar una puntuación global de “salud mental”.

“Hemos observado que la tenencia temprana de un smartphone, y el acceso a las redes sociales que conlleva, está vinculada a un cambio profundo en la salud mental y el bienestar en la edad adulta temprana”, señala Thiagarajan.

“Esta asociación se relaciona con varios factores, incluyendo el acceso temprano a las redes sociales, el ciberacoso, los trastornos del sueño y las malas relaciones familiares, que derivan en síntomas en la edad adulta que no son los típicos de la depresión o la ansiedad”, continúa la neurocientífica en un comunicado de Sapien Labs.

Medidas preventivas

La incidencia de estas patologías (especialmente la agresividad, el distanciamiento de la realidad y los pensamientos suicidas) está en aumento en adultos jóvenes.

“Basándonos en estos hallazgos, y dado que la edad de los primeros smartphones es ahora muy inferior a los 13 años en todo el mundo, instamos a los responsables políticos a adoptar un enfoque preventivo, similar a las regulaciones sobre el alcohol y el tabaco, restringiendo el acceso a los smartphones a los menores”, subraya la neurocientífica.

La edad promedio de adquisición del primer smartphone continúa disminuyendo. Y, a pesar de que la edad mínima para usar las redes sociales es de 13 años, la aplicación de esta norma es inconsistente y hay maneras de eludirla, recuerda el artículo. Aunque los autores reconocen la limitación de que su estudio se basa solo en el análisis de datos, argumentan que “la magnitud del daño potencial es demasiado grande para ignorarla y justifica una respuesta preventiva”.

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