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Cádiz (1973) Redactor y editor experto en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.
Apple lleva años reforzando su compromiso con el medio ambiente con un objetivo muy claro, alcanzar la neutralidad de carbono en toda su cadena de valor antes de 2030. Esto implica que cada dispositivo fabricado, desde el iPhone hasta el Mac, deberá compensar sus emisiones de principio a fin. El desafío es enorme, pero la empresa ya exhibe avances concretos en cada lanzamiento.
Un punto clave es el empleo de materiales reciclados. Apple ha incorporado aluminio reciclado en las carcasas de sus productos, tierras raras recicladas en componentes como los imanes y estaño reciclado en las soldaduras de placas base. Una estrategia que reduce el impacto ambiental, a la vez que marca una diferencia frente a competidores menos transparentes en este ámbito.
El 100% de las oficinas, tiendas y centros de datos de Apple ya operan con energías renovables. Además, más de 300 proveedores a nivel global se han comprometido a utilizar solo energías limpias en los procesos de producción que abastecen a la compañía. Esta transición no solo mejora la huella de Apple, también impulsa a toda la industria a avanzar en esa dirección.
Apple también se jacta de que sus dispositivos son cada vez más eficientes en consumo energético. Los Mac con chip Apple Silicon, por ejemplo, ofrecen un rendimiento muy superior gastando mucha menos energía. A esto se suma la apuesta por la durabilidad y las actualizaciones de software a largo plazo, que permiten que un iPhone tenga muchos más años de vida útil que otros móviles Android.
La empresa mantiene iniciativas como Apple Trade In, que facilita entregar un dispositivo antiguo para obtener descuento en uno nuevo, asegurando que el anterior se recicle de manera responsable. Asimismo, se ha abierto más a la reparación mediante kits oficiales y piezas originales para usuarios y talleres independientes, una solicitud histórica de los defensores del “derecho a reparar”.
El mensaje de Apple es claro, el futuro de la tecnología no puede separarse de la protección del medio ambiente. Cada presentación incluye ya un apartado específico para explicar qué medidas se están tomando en sostenibilidad, desde el uso de materiales reciclados hasta la apuesta por energías limpias en toda su cadena de producción. Puede parecer marketing, pero lo cierto es que los datos respaldan un cambio real que está marcando tendencia en el sector.
Adicionalmente, no se trata solo de reducir emisiones, sino de educar al consumidor y demostrar que es posible disfrutar de innovación y diseño sin renunciar al respeto por el planeta. La huella ecológica de la industria tecnológica crece cada año, sin embargo, la estrategia de Apple se convierte en un modelo a seguir que combina compromiso ambiental y rentabilidad empresarial, demostrando que ambos pueden ir de la mano.
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