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Austin, Texas.- El Senado de Texas aprobó finalmente un nuevo mapa electoral con clara tendencia republicana, buscando que el partido conserve su estrecha mayoría en el Congreso federal.
El proyecto, promovido por el expresidente Donald Trump, aguarda la firma del gobernador, Greg Abbott, y se anticipa una batalla legal por parte de los demócratas.
El mapa aprobado crea cinco nuevos distritos que favorecerían a los republicanos, desencadenando intentos de redistribución a nivel nacional.
La senadora demócrata Carol Alvarado intentó bloquear la votación con un discurso extenso, pero fue interrumpida por sus colegas republicanos, quienes la acusaron de utilizar un correo electrónico de campaña con fines de recaudación de fondos.
El conflicto político se ha intensificado en la Legislatura de Texas, con los demócratas acusando a los republicanos de violar la Ley de Derechos Electorales al diluir el voto de las minorías.
El senador republicano Phil King, impulsor de la iniciativa, negó la acusación y declaró que el objetivo era hacer el mapa “mejor para los candidatos republicanos” y evitar una derrota en la Cámara de Representantes.
Esta acción en Texas ha generado una reacción inmediata en otros estados. En California, el gobernador demócrata Gavin Newsom sancionó una ley que permite a los votantes aprobar un nuevo mapa electoral diseñado para ayudar a los demócratas a obtener cinco escaños adicionales en el Congreso.
Newsom describió la acción como una forma de “responder al fuego con fuego” ante el “ataque a nuestra democracia en Texas”.
La aprobación del mapa de Texas ha comenzado a reconfigurar el panorama electoral de 2026.
El veterano representante demócrata Lloyd Doggett anunció que no buscará la reelección si el nuevo mapa entra en vigor, ya que su distrito se solaparía con el de otro legislador de su partido.
Trump ha urgido a otros estados controlados por republicanos, como Indiana y Misuri, a revisar sus propios mapas electorales.
Por su parte, el gobernador Abbott afirmó que “los republicanos no han terminado” en Estados Unidos, señalando el inicio de una guerra de redistribución de distritos a nivel nacional, que suele llevarse a cabo cada 10 años.
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