Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
El turismo responsable se trata de viajar, hospedarse y hacer todas las actividades asociadas a visitar un sitio por placer, disminuyendo el impacto ecológico y protegiendo los recursos naturales del lugar que visitamos. Unas prácticas simples nos ayudan a aplicarlo sin dificultad en nuestras vacaciones.
Disfrutar de unas buenas vacaciones, viajar a destinos atractivos y vivir experiencias turísticas memorables es completamente compatible con aplicar la responsabilidad medioambiental en nuestros destinos, aseguran los especialistas en turismo responsable, considerado una de las tendencias emergentes en el sector turístico.
El adjetivo “responsable” se refiere en este caso a la responsabilidad ambiental, lo que implica reducir el impacto ecológico y proteger los recursos naturales de los lugares que visitamos, explican desde la escuela de negocios EAE Business School (EAE-BS) en Barcelona (España).
Puede leer: ¿Tienes pesadillas por las noches? Descubre las causas, efectos y cómo enfrentarlas
Esta forma de viajar también conlleva mantener comportamientos con efectos positivos en las comunidades que se visitan desde el punto de vista sociocultural, incluyendo la protección del patrimonio artístico, cultural y tradicional, y promoviendo la conservación de los monumentos y tradiciones locales, según EAE-BS (www.eaebarcelona.com).
Originalmente, el turismo sostenible (TS) y el turismo responsable (TR) eran dos conceptos distintos: se referían al impacto de la actividad turística, en el medio ambiente, por un lado, y en las poblaciones locales a nivel social, cultural y económico, por otro; pero hoy en día se tiende a usar ambos términos juntos, aseguran.
Además, algunos expertos denominaban TS a las prácticas sostenibles de la industria turística y TR al comportamiento de los turistas que aplicaban la sostenibilidad en sus viajes.
Como sea, y más allá de cuestiones de nomenclatura, al reservar unas vacaciones es preferible tener en cuenta los elementos ambiental y social, para convertirse en un viajero atento al mundo y a sus habitantes, según EAE-BS.
“Cada vez son más las personas concienciadas sobre la necesidad de reciclar los residuos, reducir el uso de plásticos y cuidar el planeta, así como respetar la naturaleza y sus distintas formas de vida vegetal y animal, incluida la humana. Estos conceptos también son aplicables al turismo”, señala Óscar Fernández, responsable de Comunicación de Civitatis.
“Al responsabilizarnos de cuidar el medio ambiente y el planeta cuando visitamos otros lugares, también estamos cuidando el futuro del turismo y los viajes, porque contribuimos a preservar el patrimonio natural, cultural y social de los destinos que visitamos para las futuras generaciones de turistas y viajeros”, enfatiza Fernández, en una entrevista con EFE.
El equipo de Civitatis (www.civitatis.com), plataforma especializada en visitas guiadas y excursiones en todo el mundo, afirma que con pequeños gestos diarios ayudamos a que nuestro entorno sea más sostenible, y ofrecen algunas claves para contribuir a la preservación del ecosistema cuando viajamos.
“Cuando viajamos tendemos a consumir más agua embotellada, lo cual puede aumentar la contaminación por plásticos”, según los especialistas. Para cooperar con el medio ambiente, recomiendan llevar una botella reutilizable y rellenarla con agua de origen seguro. “De ese modo, podremos mantenernos bien hidratados, sin contaminar, cuando estemos en una ciudad o un entorno calurosos”, apuntan.
Los especialistas de Civitatis aconsejan desplazarse en bicicleta, no solo porque es saludable, sino porque el uso de transportes sin motor de combustión ayuda a disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera. “Las rutas ciclistas son una actividad habitual en muchos itinerarios de viaje, y algunas capitales como París invitan a sus ciudadanos y visitantes a que hagan un recorrido en bici para disfrutar de los monumentos de forma sostenible y divertida”, señalan.
“Cuando salimos de viaje, lo más probable es que busquemos probar las delicias de la gastronomía tradicional, conocer los productos culinarios locales y degustar los platos típicos del lugar. ¡Esto también es una señal del turista eco-responsable!”, destacan desde esta plataforma.
“Al participar en un tour gastronómico consumiendo productos locales en un país como México, estamos contribuyendo a disminuir el uso de transportes contaminantes y los gastos relacionados con los alimentos”, explican.
Las excursiones a las playas tropicales son una opción ideal para conocer las bellezas de un país tropical, pero debido a la masificación turística, cada vez son mayores los residuos que se acumulan en los bellos parajes litorales del mundo, aseguran. Para ayudar a disminuir esta contaminación física y visual, basta con realizar gestos tan sencillos como recoger la basura que hemos generado, no tirar las colillas de cigarrillos en la arena y utilizar protectores solares que no dañen el medio ambiente, señala Civitatis.
“En ciudades como Nueva York, el uso del transporte público es utilizado a diario por miles de personas, que sin saberlo, están ayudando a disminuir las emisiones de gases nocivos, al disminuir la cantidad de vehículos de combustión circulando por las calles. El beneficio para el medio ambiente es mayor si el transporte elegido es eléctrico, como el Metro”, destacan. “Si, por ejemplo, estamos en la Gran Manzana visitando el Empire State y luego tenemos previsto hacer una visita guiada por Brooklyn, usar la red del New York City Subway puede ser ¡un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad!”, según esta misma fuente.
Para los amantes de la naturaleza y adictos a descubrir los enclaves más recónditos del planeta, es muy sencillo disfrutar del viaje conservando uno de los elementos más importantes del entorno: la vida silvestre, a menudo amenazada, señalan.
“Si, por ejemplo, se está haciendo un tour de exploración en algún paraje del río Amazonas, no hay que molestar a los animales ni llevarse ninguna planta, así como respetar las costumbres de la zona indicadas por el guía”, apuntan.
“Dado que los productos hechos a mano se consideran más ecológicos que los industriales, al adquirir este tipo de artículos como recuerdo de un viaje, estamos ayudando a la economía del lugar y a disminuir la contaminación ambiental”, explica Óscar Fernández, de Civitatis.
“En lugares como Marrakech, es fácil comprar productos de artesanía típicos en las ‘medinas’ (barrios antiguos de las ciudades árabes), contribuyendo así a una buena causa: la protección del medio ambiente”, concluye.
Agregar Comentario