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Aproximadamente el 70% del territorio dominicano es susceptible a inundaciones, ya sea por causas naturales o por construcciones en zonas inadecuadas, situación que se agrava debido a fenómenos más extremos causados por el cambio climático.
Esta realidad ha motivado a las autoridades a adquirir mejores equipos y buscar estrategias para ofrecer respuestas efectivas y coordinadas entre los diferentes organismos, tales como el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), la Dirección de Servicios de Atención a Emergencias Hospitalarias (DAEH) y el Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet).
El tema fue abordado por el general retirado Juan Manuel Méndez Méndez, director del COE y de la DAEH, junto a Gloria Ceballos, directora general del Indomet.
Junto a ellos estuvieron por la DAEH Pablo Mateo, subdirector; Ruddy de Gracia, encargado de Coordinación y Enlace con la Red Pública; José Aljeriz Jérez, encargado de Gestión Extrahospitalaria y Carlos Henríquez, encargado de Monitoreo y Vigilancia. Igualmente, por el COE, Edwin Olivares, subdirector de Operaciones y José Luis Germán, subdirector de Gestión de Información.
“Prácticamente un 70% de las provincias de nuestro país, en algún momento, son vulnerables a inundaciones, ya sean rurales o urbanas”, manifestó Méndez, tras señalar que, además del desbordamiento de cuerpos de agua que provocan inundaciones, estas se intensifican cuando se construyen propiedades en lugares inapropiados. “El ser humano construye vulnerabilidad cuando construye al lado o encima de una cañada, o una ladera de una montaña”, puntualizó.
Señaló que ahí deben intervenir las alcaldías, las cuales no deben permitir construcciones en terrenos sin vocación para asentamientos humanos. Lamentó que muchos desagües naturales han sido ocupados por viviendas que luego se inundan, citando casos en La Vega y San Cristóbal.
Por su parte, Ceballos explicó que los huracanes son necesarios porque ayudan a dispersar el calor de los océanos del trópico hacia las latitudes medias y altas, evitando que se concentren en un solo lugar. Puso como ejemplo el huracán Erin, que absorbió mucho calor y eso debilitó las posibilidades de los sistemas cercanos.
Detalló que otro de sus beneficios es que remueven la capa vegetal, es decir, la renuevan al provocar la caída de árboles, permitiendo la aparición de nuevas plántulas.
Asimismo, resaltó que la única forma de llenar los embalses de las presas es cuando las tormentas producen acumulados de lluvias que superan los 200 milímetros, volumen que no aportan las vaguadas u ondas tropicales.
Ante la interrogante de si son buenos o malos, sostuvo que el problema reside en la vulnerabilidad de la población. “Si no existiera la vulnerabilidad, uno desearía que existieran esos eventos para mejorar lo que tiene que ver con renovar la capa boscosa y tener esa pluviometría que se requiere para los ríos, embalses y la vida en general. Es el mecanismo que tiene el planeta para impulsar toda esa energía que se acumula en estos meses de verano”, manifestó.
Méndez y Ceballos afirmaron que, con el radar de Puerto Plata, operativo desde mayo, y un nuevo sistema de información que entrará en funcionamiento el próximo mes, el país se encuentra mejor preparado para pronósticos a corto plazo.
A este radar se suma el de Punta Cana y otro que se instalará en el aeropuerto Las Américas, próximamente. “Con estos tres radares tendremos cubierto todo el territorio nacional, ya que tenemos unos sistemas orográficos para los que es necesario contar con estas herramientas de última generación, para monitorear esos fenómenos que se forman muy rápido y generan situaciones calamitosas”, expresó Ceballos.
No obstante, ambos enfatizaron que existen eventos que evolucionan tan rápidamente y de manera extrema que, ni en países como Estados Unidos o España, con mejor equipamiento, se han logrado prevenir tragedias. Méndez aseguró que también influyen las agresiones a la naturaleza por parte del ser humano, además de la falta de educación en un tema fundamental como es la correcta disposición de los desechos sólidos.
En cuanto a la función de la DAEH, explicó que fue creada para gestionar el componente de salud en el sistema de atención de emergencias. Cuenta con 448 ambulancias que brindan servicio a los usuarios y 122 Centros Reguladores de Urgencias y Emergencias (CRUE). Tiene 8,200 colaboradores, la mayoría son médicos, enfermeras y técnicos en transporte sanitario.
Jerez informó que, en el primer semestre del 2025, la DAEH ha brindado 312,000 asistencias, para un promedio de 44,000 por mes. También han realizado 657 traslados de neonatos de forma segura, para lo cual cuentan con 36 ambulancias con incubadoras. Además, 38,000 traslados intrahospitalarios y atención a casi 100,000 cruceristas que han llegado por el puerto de Cabo Rojo, en Pedernales. “Con la respuesta oportuna, reducimos un buen porcentaje de posibilidades de fallecimiento del usuario o que quede con secuelas”, aseguró.
De Gracia afirmó que la DAEH viene a cubrir una necesidad en materia de salud que tiene cualquier sistema, y que, en el caso del país, antes se basaba más en el voluntariado y se caracterizaba por la escasez de recursos. Indicó que aproximadamente el 80% de los pacientes son trasladados a la red pública, el 10% a la red privada y el resto a hospitales militares. “Se ha logrado optimizar la asistencia oportuna y el país puede tener mejores indicadores de salud a partir de las respuestas de la DAEH”, manifestó De Gracia.
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