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Cátedra BNPH: Dra. Rosa Andújar imparte conferencia: La visión helénica de Pedro Henríquez Ureña

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En los albores del tiempo, por más de tres milenios, las civilizaciones que dieron origen a la antigua Grecia prosperaron y se extendieron por los mares Egeo, Mediterráneo y Jónico.

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En los albores del tiempo, por más de tres milenios, las civilizaciones que dieron origen a la antigua Grecia prosperaron y se extendieron por los mares Egeo, Mediterráneo y Jónico. Su legado, que marcó un hito en la historia de la humanidad, dejó una huella imborrable en la política, la literatura, el arte y la ciencia. Sin embargo, aquellos pensadores jamás imaginaron que miles de años después, al otro lado del océano, sus ideas encenderían la chispa de la creatividad en un grupo de jóvenes mexicanos. Liderados por un dominicano a principios del siglo XX. Este grupo de intelectuales redescubrió el esplendor del período clásico y helenístico, perpetuando así la influencia imperecedera de una civilización que, a pesar del tiempo y la distancia, sigue trascendiendo el mundo moderno.

En la sofocante noche del lunes 4 de agosto de 2025, el calor de las calles quedó atrás para dar paso a un oasis de conocimiento. El salón Aída Cartagena Portalatín, en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, se llenó hasta el tope con un público ávido de erudición. La expectativa era alta y fue superada con creces. El evento contó con la destacada participación de la Dra. Rosa Andújar, una renombrada especialista en estudios clásicos del King’s College London. En su magistral exposición, transportó a la audiencia a la antigua Grecia, explorando la profunda conexión entre el pensamiento helénico y la obra de Pedro Henríquez Ureña, un verdadero puente entre civilizaciones.

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En un salón Aída Cartagena Portalatín abarrotado, el escritor Rafael Peralta Romero, director de la Biblioteca Nacional, dio la bienvenida a la audiencia. Con palabras de profundo orgullo, presentó a la Dra. Rosa Andújar, una dominicana que, desde universidades europeas, lleva a Pedro Henríquez Ureña en el corazón. La definió como una especialista en la obra del gran intelectual y resaltó que su conferencia exploraría la visión helénica de don Pedro, un periodo crucial de la antigua Grecia, cuna de las ciencias y las artes.

Tras la cálida bienvenida, el Dr. Pedro José Ortega, coordinador de la cátedra, tomó la palabra. Subrayó que la Dra. Andújar no solo es una académica brillante, sino también una mentora que inspira a sus propios estudiantes a investigar la obra de Henríquez Ureña.

Destacó que el interés de don Pedro por la filosofía griega y los clásicos no fue algo superficial, sino una reflexión profunda y constante en su vasta obra. Dijo que el objetivo al fundar la cátedra es seguir construyendo la utopía de un mundo mejor y más justo, propósito que el maestro imaginó a través del estudio de los griegos.

Cuando la Dra. Andújar fue invitada a subir al podio, su presencia impactó al público. Vestida de verde con una chaqueta negra y una sonrisa que le brotaba del alma, caminó con aplomo, se instaló detrás del micrófono y comenzó a disertar. Con la naturalidad de una profesional en total dominio de su materia, saludó al público e inmediatamente se adentró en su tema:

“Esta conferencia explora el gran programa filohelénico que promulgó el dominicano Pedro Henríquez Ureña a lo largo de su vida, especialmente durante sus estancias en México y en Argentina.”

El programa, explicó, consistía en una visión progresista y utópica para Hispanoamérica basada en el “espíritu griego”. Para contextualizar, la conferencista ofreció un breve recorrido por el legado clásico en América Latina, explicando cómo los topónimos de mitos grecorromanos se usaron para nombrar el Nuevo Mundo y cómo las ideas de la antigüedad inspiraron movimientos revolucionarios en el siglo XIX.

De esta manera, la Dra. Andújar sentó las bases para explicar cómo ese profundo compromiso de Henríquez Ureña con los antiguos griegos, que se consolidó en México, se convirtió en una ideología central en su pensamiento y una herramienta para forjar un futuro mejor para la región.

Después de repasar el legado de la antigüedad en las Américas, la Dra. Rosa Andújar se centró en cómo Pedro Henríquez Ureña forjó su profundo compromiso con los griegos durante su estancia en México a principios del siglo XX. Este encuentro con los clásicos no fue una simple fascinación, sino el crisol donde se forjó la ideología de un joven intelectual, y de manera particular, su singular visión de progreso para América Latina, un tema que se convirtió en el pilar de sus trabajos más importantes.

La Dra. Andújar ilustró este punto con ejemplos concretos, como los discursos que Henríquez Ureña pronunció en México y Argentina. Uno de los más destacados fue la conferencia “La utopía de América”, que dio en 1922 en la Universidad de La Plata, Argentina. En ese momento, Henríquez Ureña formaba parte de la delegación mexicana liderada por José Vasconcelos, y su intervención fue una rotunda defensa del valor de las humanidades.

Según la disertación de la Dra. Andújar, Henríquez Ureña sostenía que las humanidades eran fundamentales para el desarrollo integral del ser humano y la construcción de sociedades más justas y equilibradas. Para él, eran un puente entre el pasado y el futuro, la herramienta esencial para comprender el presente y edificar un mundo mejor.

A través de su correspondencia personal, Henríquez Ureña reveló la magnitud de su compromiso con la cultura clásica, mencionando un ambicioso programa de 40 lecturas que incluía épicas, tragedias, comedias, diálogos, odas y otros textos fundamentales, cada uno acompañado de sus propios comentarios.

Pedro Henríquez Ureña guio este esfuerzo intelectual para combatir el positivismo principalmente por su visión reduccionista del ser humano y la sociedad, que consideraba limitada y poco propicia para el desarrollo integral del individuo y la cultura. Henríquez Ureña, influenciado por el romanticismo y el humanismo, abogaba por una visión más amplia que integrara la razón, la emoción y la espiritualidad, así como la valoración de la tradición y la originalidad, elementos que consideraba ausentes en el positivismo predominante.

Este esfuerzo titánico resume su visión: las humanidades no eran un simple pasatiempo, sino una brújula para el futuro. Henríquez Ureña concebía el estudio del pasado y la comprensión del presente como las herramientas esenciales para guiar a la sociedad hacia un mundo más justo y humano. Su legado sigue resonando hoy, recordándonos que la formación integral de las personas y la construcción de un mundo mejor dependen del cultivo del espíritu crítico y la sabiduría que nos ofrecen las humanidades.

Entre el público se encontraban destacadas personalidades de la cultura, como los profesores Diógenes Céspedes y Odalis Pérez, los premios nacionales de poesía José Mármol y Mateo Morrison, Plinio Chaín y el presidente del Centro Financiero BHD, Luis Molina Achécar; Manuel García Arévalo, presidente del Voluntariado de la BNPHU, Gerardo Roa Ogando, decano Humanidades, los escritores Bileysi Reyes, Pavel González, Ibeth Guzmán, Avelino Stanley, Leibi Ng, Alejandro Santana, Magistrada Catalina Arriaga, y el Dr. Leonardo Díaz, miembro de Número de la Academia de Ciencias.

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