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La embajadora interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, manifestó inquietud por la “influencia desproporcionada” de China en el área del Canal de Panamá, “especialmente en la infraestructura esencial y las operaciones portuarias”.
Estados Unidos y China se enfrentaron el lunes en las Naciones Unidas por el Canal de Panamá, donde la nación norteamericana alegó que la influencia de Beijing sobre la vía fluvial podría poner en riesgo el comercio y la seguridad mundial, y China tachó las acusaciones estadounidenses como un pretexto para hacerse con el canal.
El altercado tuvo lugar en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU donde el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, resaltó la neutralidad del canal y la propiedad de su país sobre la vía fluvial que conecta los océanos Atlántico y Pacífico.
Panamá ejerce la presidencia del consejo este mes, y Mulino presidió una reunión sobre los retos a la seguridad marítima. El secretario general de Interpol, Valdecy Urquiza, comunicó a los miembros que estos desafíos abarcan la piratería, el robo a mano armada, el crimen transnacional y los ciberdelincuentes que se aprovechan de la inteligencia artificial para atacar puertos con “mínima ciberseguridad, máxima exposición”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso a Panamá en el punto de mira incluso antes de ganar las elecciones de su país el año pasado, al sugerir que Estados Unidos debería plantearse retomar el Canal de Panamá y acusar a Panamá de ceder influencia a China.
Estados Unidos construyó el canal a comienzos del siglo XX mientras buscaba maneras de facilitar el tránsito de embarcaciones comerciales y militares entre sus costas. El control de la vía fluvial se transfirió a Panamá en 1999 en virtud de un tratado firmado en 1977 por el presidente estadounidense Jimmy Carter.
El embajador de China ante la ONU, Fu Cong, enfatizó al consejo que “Panamá ha gestionado el canal de forma coherente y efectiva, haciendo contribuciones significativas al transporte marítimo y al comercio global”.
“China siempre ha respetado la neutralidad permanente del canal y apoya con firmeza a Panamá en la salvaguarda de su soberanía sobre el canal para garantizar su apertura y operación fluida”, aseveró.
La embajadora interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, que tomó la palabra después, manifestó preocupación por la “influencia desproporcionada” de China sobre el área del Canal de Panamá, “especialmente sobre la infraestructura esencial y las operaciones portuarias”.
Aludiendo a sus reclamos en el Mar de China Meridional, afirmó que “los amplios e ilegales reclamos marítimos de China y sus acciones agresivas demuestran su amenaza a la seguridad marítima y al comercio”. Dijo que Estados Unidos rechaza esos reclamos y respalda a los países que se oponen a ellos.
“La influencia de China en el área del canal no es un riesgo solo para Panamá y Estados Unidos, sino más bien una potencial amenaza para el comercio y la seguridad global”, expresó Shea.
Estados Unidos ha presionado a China para que el operador de puertos (con sede en Hong Kong) en ambos extremos del canal venda esos intereses a un consorcio estadounidense que incluye a BlackRock Inc.
Panamá ha rechazado rotundamente una toma de control del canal, pero en abril, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, visitó Panamá y acordó con Mulino intensificar la coordinación de seguridad. El acuerdo también concede a las tropas estadounidenses acceso a instalaciones aéreas y navales estratégicas en la nación centroamericana, lo que desató grandes protestas en la capital de Panamá.
Fu solicitó la palabra para responder a las acusaciones de Shea después de que todos los miembros del consejo hablaron, esta vez arremetiendo contra el gobierno estadounidense.
“La fabricación de mentiras y ataques infundados de Estados Unidos contra China no son más que un pretexto para buscar el control del canal”, señaló.
El enviado chino tachó a Estados Unidos y su despliegue de armas ofensivas en el área del Mar de China Meridional como “el mayor perturbador de la paz y la estabilidad” en la región, y acusó al gobierno estadounidense de agravar los riesgos para la seguridad marítima global.
“China se opone rotundamente a la coerción económica y las prácticas de intimidación, y exhorta a Estados Unidos a dejar de fabricar rumores, mentiras y crear problemas”, manifestó Fu.
Murillo declaró posteriormente que quería hacer hincapié en la soberanía de Panamá en lo que respecta a la propiedad del canal y al tratado multilateral que rige su administración. Calificó la neutralidad del canal como la única y mejor defensa ante cualquier amenaza concreta o global.
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