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RICHFIELD, Minnesota, EE.UU. (AP) — A escasas horas de que alguien abriera fuego a través de las ventanas de una iglesia católica en Minneapolis, cobrándose la vida de dos infantes e hiriendo a 17 personas, centenares de personas se congregaron en el gimnasio de una escuela cercana, abrazándose y secándose las lágrimas durante una vigilia junto al gobernador Tim Walz y miembros del clero.
Al hablar ante una multitud silenciosa y apiñada la noche del miércoles, mientras cientos más aguardaban afuera, el arzobispo Bernard Hebda narró cómo los alumnos intentaron proteger a sus compañeros de clase cuando empezaron los disparos.
“En medio de todo esto hubo valentía, coraje, pero sobre todo amor”, manifestó en la Academia de los Santos Ángeles, a unos 3,2 kilómetros (dos millas) al sur del tiroteo, en el suburbio de Richfield.
Con un rifle, una escopeta y una pistola, Robin Westman, de 23 años, disparó docenas de balas el miércoles por la mañana hacia los niños sentados en los bancos durante la misa en la Escuela Católica de la Anunciación, según declaró el jefe de policía de Minneapolis, Brian O’Hara, en ruedas de prensa. Luego se quitó la vida, añadió.
Los niños fallecidos tenían 8 y 10 años. Otros 14 menores y tres feligreses octogenarios resultaron lesionados, pero se espera que sobrevivan, apuntó el jefe.
El reverendo Dennis Zehren, que estaba dentro de la iglesia con cerca de 200 niños, contó que estaban casi al final del Salmo Responsorial, que hablaba sobre la luz en la oscuridad. Fue entonces cuando escuchó a alguien gritar: “¡Al suelo, al suelo, todos al suelo!”, y comenzaron los disparos.
Weston Halsne, un alumno de quinto grado, relató a los reporteros que se agachó detrás de los bancos, cubriéndose la cabeza, protegido por un amigo que se tendió sobre él. Su amigo fue alcanzado, dijo.
“Estaba muy asustado por él, pero creo que ahora está bien”, señaló el niño de 10 años.
El director del FBI, Kash Patel, comunicó en X que el tiroteo se está investigando como un acto de terrorismo interno y un crimen de odio dirigido a los católicos.
O’Hara dijo que la policía todavía no había encontrado ninguna relación entre la persona sospechosa y la iglesia, ni determinado un motivo para el derramamiento de sangre. Sin embargo, el jefe comentó que los investigadores estaban analizando una publicación en redes sociales que parecía mostrarla en el lugar.
O’Hara, quien precisó que los jóvenes heridos tenían entre 6 y 15 años, indicó que se colocó una tabla de madera para bloquear algunas de las puertas laterales y que las autoridades encontraron una bomba de humo en el lugar.
En un canal de YouTube titulado Robin W, la persona sospechosa publicó al menos dos videos antes de que el canal fuera eliminado el miércoles. Uno de los videos mostraba un arsenal de armas y municiones, algunas con frases como “matar a Donald Trump” y “¿Dónde está tu Dios?” escritas en ellas.
Un segundo video mostraba a la persona señalando dos ventanas exteriores en lo que parece ser un dibujo de la iglesia, y luego apuñalándolo con un cuchillo largo.
El jefe de policía dijo que Westman no tenía un extenso historial criminal conocido y se cree que actuó en solitario.
Funcionarios federales se refirieron a Westman como transgénero, y el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, condenó el odio dirigido a “nuestra comunidad transgénero”. La identidad de género de Westman no estaba clara. En 2020, un juez aprobó una petición, firmada por la madre de Westman, solicitando un cambio de nombre de Robert a Robin, diciendo que “se identifica como mujer y quiere que su nombre refleje esa identificación”.
El jefe de policía dijo que los agentes respondieron de inmediato a los avisos del tiroteo, ingresaron a la iglesia, brindaron primeros auxilios y rescataron a algunos de los niños.
El director de la Anunciación, Matt DeBoer, afirmó que tanto los maestros como los niños reaccionaron heroicamente.
“Los niños estaban agachados. Los adultos estaban protegiendo a los niños. Los niños mayores estaban protegiendo a los más pequeños”, puntualizó.
Vincent Francoual contó que su hija de 11 años, Chloe, sobrevivió al tiroteo corriendo escaleras abajo para esconderse en una habitación con una mesa presionada contra la puerta. Pero aún no está seguro de cómo escapó exactamente porque ella está teniendo problemas para comunicarse claramente sobre el suceso traumático.
“Nos dijo hoy que pensó que iba a morir”, dijo.
Walz lamentó que los niños que recién comenzaban el ciclo escolar “fueran recibidos con maldad, horror y muerte”. Él y el presidente Donald Trump ordenaron que las banderas se bajaran a media asta en los edificios estatales y federales, respectivamente, y la Casa Blanca comunicó que ambos hombres conversaron. El gobernador fue el candidato demócrata a la vicepresidencia en las elecciones del año pasado contra el compañero de fórmula de Trump, ahora vicepresidente JD Vance, un republicano.
Desde el Vaticano, el papa León XIV envió un telegrama de condolencias. León, nacido en Chicago y siendo el primer papa estadounidense de la historia, expresó que estaba orando por los familiares de los fallecidos.
El lunes había sido el primer día del ciclo escolar en la Anunciación, una escuela de 102 años en un barrio residencial y comercial arbolado a unos 8 kilómetros (cinco millas) al sur del centro de Minneapolis.
Karin Cebulla, quien dijo haber trabajado como especialista en aprendizaje en la Anunciación y enviado a sus dos hijas, ahora universitarias, allí, describió la escuela como una comunidad acogedora y solidaria.
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