Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Santo Domingo. – La disfunción eréctil es un problema en aumento entre los hombres jóvenes, especialmente post pandemia, y en muchos casos puede ser la primera señal de un problema cardiovascular serio, incluso antes de un infarto.
El urólogo-oncólogo y cirujano robótico, David Samadi, explicó que, si bien muchas de estas disfunciones tienen génesis psicológicas o emocionales, como el aislamiento, el consumo excesivo de pornografía o el estrés postpandémico, también pueden ser el primer indicio de una enfermedad grave, como problemas cardíacos.
“La disfunción eréctil no siempre es un problema mecánico. Puede ser psicológico, pero también puede indicar que algo más serio está ocurriendo, como un posible ataque al corazón. Por eso hay que tomárselo en serio y no ignorar los síntomas”, afirmó Samadi.
El Dr. Samadi alertó sobre el uso indiscriminado de estimulantes sexuales como Viagra o Cialis, especialmente entre jóvenes menores de 25 años que no presentan problemas reales, pero los consumen buscando mejorar su rendimiento sexual.
Aunque aclaró que estos medicamentos no generan adicción ni resistencia química, advirtió que el uso prematuro sin supervisión médica puede generar una dependencia psicológica y enmascarar problemas de salud que requieren tratamiento.
El experto presentó opciones terapéuticas avanzadas disponibles actualmente en su práctica y en el país, como las inyecciones peneanas mínimamente invasivas, que permiten recuperar la función eréctil cuando los medicamentos orales fallan.
También mencionó los implantes de prótesis peneana como una opción final para casos severos.
“Muchos hombres se asustan con la idea de una inyección, pero es una aguja tan pequeña como la de la insulina. Funciona en 15 minutos y puede salvar relaciones. Hay que quitarse el miedo y hablar de esto”, dijo en una entrevista en el Programa Hoy Mismo.
El especialista en salud masculina lamentó que muchos hombres, especialmente en culturas como la dominicana, eviten acudir al urólogo por miedo o vergüenza, ignorando síntomas que podrían salvarles la vida.
En contraste con las mujeres, más habituadas a controles médicos frecuentes, los hombres tienden a actuar solo cuando el problema ya está avanzado, lo cual complica el tratamiento y reduce las posibilidades de cura.
“No se trata de esperar a estar enfermo, sino de hacer medicina preventiva. Tenemos que cambiar el modelo de atención en los hombres y empezar desde los 40 a revisar niveles de testosterona, colesterol, presión arterial y, por supuesto, la próstata”, explicó.
Samadi insistió en que los hombres dominicanos deberían comenzar a realizarse el examen del antígeno prostático específico (PSA) desde los 40 años, especialmente porque en esta región el cáncer de próstata tiende a ser más agresivo en edades tempranas.
El especialista recordó que el tacto rectal, aunque impopular, sigue siendo una herramienta diagnóstica fundamental, ya que el 15% de los casos de cáncer se detectan exclusivamente por esta vía.
“Hay alternativas menos invasivas como resonancias magnéticas o biopsias guiadas, pero el tacto rectal sigue salvando vidas. En solo 10 segundos podemos detectar un nódulo sospechoso que el PSA no revela. Es incómodo, pero puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, subrayó.
El Dr. Samadi hizo un llamado a los hombres a dejar de ver el cuidado de su salud como una señal de debilidad y asumir la prevención como parte de su calidad de vida.
Indicó que problemas como la disfunción sexual, el bajo deseo, la fatiga crónica o la depresión pueden tener origen en desequilibrios hormonales tratables, y que con el acompañamiento médico adecuado, es posible vivir plenamente más allá de los 60 o 70 años.
“Invertir en salud a los 40 es lo que te garantiza llegar activo a los 80 o 90. No es un tema solo de sexo: se trata de energía, autoestima, salud mental y relaciones. Y todo eso empieza con una visita al urólogo”.
Agregar Comentario