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El ruido blanco que serena la mente. Se considera el sonido de la lluvia como un tipo de ruido blanco, un sonido estable que abarca todas las frecuencias audibles, y que contribuye a enmascarar los ruidos del entorno. Esto genera una sensación de cobijo, favoreciendo la relajación y el sueño reparador.
Escuchar la lluvia activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de la calma y el descanso. Estudios han evidenciado que los sonidos de la naturaleza, como la lluvia, pueden reducir la frecuencia cardíaca, bajar la presión arterial y mejorar el estado de ánimo.
Perfecto para dormir y meditar. Hay miles de grabaciones en plataformas como YouTube y Spotify que ofrecen horas de lluvia suave, tormentas eléctricas o gotas sobre techos de zinc, para facilitar el descanso y la concentración. Prueba este relajante vídeo de 11 horas de lluvia ininterrumpida, o este sonido de lluvia fuerte con truenos.
Conexión con la naturaleza. Más allá de lo técnico, el sonido de la lluvia nos conecta con lo fundamental: la naturaleza. Nos trae recuerdos de refugio, introspección y paz. En momentos de estrés, escucharlo puede ser como volver al hogar.
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