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Bancos transparentes con forma de gota de agua para disfrutar de proyecciones de películas del Studio Ghibli, como ‘Mi vecino Totoro’ (1988), o kimonos, la vestimenta tradicional japonesa, son algunas de las piezas que adornarán la exhibición.
Doraemon, Sailor Moon e incluso ‘La gran ola de Kanagawa’ son muchos de los referentes artísticos, no solo para los jóvenes de México o Japón, sino también para varias generaciones internacionales que han crecido con el arte nipón y que podrán revivir su infancia en la exposición ‘Japón: del mito al manga’ en el Museo Franz Mayer.
La galería, situada en Ciudad de México, presenta un recorrido donde, a través de diferentes fábulas y objetos artísticos, como mangas del siglo XXI o vasijas de hace más de 500 años, los visitantes se sumergen en los orígenes japoneses y en las bases de uno de los artes contemporáneos más populares del mundo.
En cuatro salas que recrean el mar, el bosque, la ciudad y el cielo, creando un ecosistema artístico, los asistentes podrán interactuar con tambores taiko, que resonarán por todo el espacio, crear sus propios mangas e incluso hacer grullas de papel con la técnica del origami.
“Encontramos la belleza en poder estar en una sala con grabados o textiles, y pasear con las comunidades otakus que crecimos con Pokémon y Sailor Moon. Queremos que la historia reciente no se desdibuje por considerarla tan cercana, y que se encuentre la continuidad cultural de Japón que vemos desde hace siglos”, explicó la directora del museo, Giovana Jaspersen.
Asimismo, ‘La gran ola de Kanagawa’, de Katsushika Hokusai, creada entre 1830 y 1833, se podrá admirar por primera vez en México en uno de sus grabados “mejor conservados”, según explicó la curadora Mary Redfern, del museo inglés Victoria and Albert (V&A), que cedió la exposición y sus más de 150 piezas.
“Fueron muchas impresiones, solo quedan algunas copias. La que trajimos es la mejor que tenemos, la poseemos desde 1916. El original era un grabado en madera y no estaba destinado a las familias ricas, sino al público en general”, detalló.
Uno de los principales propósitos de la exhibición es que sea atractiva no solo para los mayores de las familias, sino también para los más pequeños que siguen creciendo con personajes como Luffy, de ‘One Piece’, o que coleccionan los “ternurines” de Sylvanian Families, una de las últimas tendencias mundiales en juguetes.
Bancos transparentes con forma de gota de agua para disfrutar de proyecciones de películas del Studio Ghibli, como ‘Mi vecino Totoro’ (1988), o kimonos, la vestimenta tradicional japonesa, serán otras de las obras que le darán vida a la exposición.
Además, el museo colaboró con entidades como la Friki Plaza, uno de los centros neurálgicos de venta de coleccionables otakus de la capital, así como con la editorial de manga Panini, para organizar noches otakus con talleres de dibujo.
80 aniversario de Hiroshima y Nagasaki
Sadako Sasaki fue una niña de Hiroshima que, diez años después de la explosión de la bomba atómica en su ciudad, desarrolló leucemia, una enfermedad que intentó frenar inspirada en la leyenda japonesa que otorga un deseo a quien doble 1.000 grullas de origami.
Aunque la joven Sasaki no logró doblar tantos papeles ni curarse, este gesto se convirtió en uno de los más reconocidos internacionalmente para recordar el desastre atómico de 1945.
Con motivo del 80 aniversario del lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, el Franz Mayer quiso rendir homenaje a las víctimas exhibiendo mil grullas de origami hechas para la exposición.
La muestra ‘Japón: del mito al manga’ estará abierta del 8 de agosto al 30 de septiembre en Ciudad de México.
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