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EE.UU.: Tensión en Los Ángeles por operativos contra inmigrantes
“Tengo que pagar el seguro del coche, el teléfono, la renta y los gastos de ellas”, enumera, apuntando a sus hijas de seis y siete años, que necesitan útiles para el nuevo año escolar. “Son muchos gastos”.
¿Cuánto tiempo puede aguantar así, con apenas tres horas de sueño después de volver de la fábrica, antes de tener que cuidar de sus hijas? “No se lo puedo decir”, murmura con la mirada perdida.
Los Ángeles, donde un tercio de la población es inmigrante, se ha visto desestabilizada por la intensificación, desde junio, de los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para capturar indocumentados.
Escuadrones de agentes encapuchados allanaron ferreterías, lavaderos de coches y paradas de autobús.
Como resultado, más de 2.200 personas fueron arrestadas en junio, el 60 % de las cuales no tenían antecedentes penales, según documentos internos del ICE analizados por la AFP.
La ofensiva antiinmigración del presidente Donald Trump está afectando duramente a los trabajadores latinos, quienes ya se encontraron entre las primeras víctimas de la crisis de vivienda en la región, explica Andrea González, subdirectora del Centro de Trabajadores de Lavaderos de Autos Clean.
“Se avecina una tormenta mayor. No se trata solo de las personas detenidas, sino también de las que permanecen libres”, resume este estadounidense de 36 años. “La preocupación es que la gente termine en la calle”.
Su organización ayuda a más de 300 hogares con dificultades económicas cuyos ingresos se han desplomado, ya sea porque un miembro ha sido arrestado o porque tienen demasiado miedo de volver al trabajo.
El grupo ha destinado más de US$30.000 a ayudar a unas 20 familias a pagar el alquiler, pero cubrir las necesidades de todos es simplemente “insostenible”.
Conscientes del problema, los líderes locales están intentando establecer alguna ayuda financiera para las familias afectadas.
El condado de Los Ángeles planea crear un fondo específico, y la ciudad también lanzará el suyo propio, financiado con fondos filantrópicos, sin recurrir al dinero de los contribuyentes.
Así, algunas familias podrían beneficiarse de tarjetas con “unos pocos cientos” de dólares, aseguró la alcaldesa Karen Bass a mediados de julio.
Pero para González estas iniciativas están lejos de ser suficientes. Las cantidades mencionadas a menudo ni siquiera alcanzan el “10% del alquiler de una familia”, señala el activista.
La región debería establecer una “moratoria a los desalojos”, como se hizo durante la pandemia, argumenta.
De lo contrario, el número de personas sin hogar en Los Ángeles, que hoy es de 72.000, corre el riesgo de volver a aumentar, tras dos años de ligero descenso.
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