Tecnologia

El audio que jamás debí mandar y lo que me reveló sobre WhatsApp

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Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Cádiz (1973) Redactor y editor experto en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.

A veces la tecnología nos facilita tanto las cosas que olvidamos que no siempre es bueno actuar impulsivamente. Los mensajes de voz en WhatsApp son un ejemplo perfecto, ya que son rápidos, directos y muy útiles, aunque mejorables. Todo esto hasta que se convierten en el canal por el que dejamos escapar palabras que quizás no queríamos decir.

Todo comenzó una tarde cualquiera, recuerdo que era esa típica jornada de domingo donde piensas ya más en el día siguiente que en lo que queda por terminar. Revisaba una conversación, dándole vueltas una y otra vez a algo que había pasado. En vez de escribir un mensaje, mantuve pulsado el botón de grabar en WhatsApp. Lo hice sin guion, sin pensarlo y solté un mensaje de voz largo, atropellado y con un tono que no sonaba nada bien. Lo envié sin escucharlo previamente.

Ahí es donde entró en juego la parte menos amable de esta función. No hay vuelta atrás si el receptor lo escucha de inmediato y así fue. El doble check azul apareció antes de que pudiera reaccionar. La espera por la respuesta se hizo eterna y cuando llegó fue breve, distante y más fría de lo que esperaba.

Algo tan útil como los mensajes de voz de WhatsApp han transformado nuestras conversaciones. Ya no dependemos solo de texto o llamadas, ahora podemos transmitir emociones, matices y entonaciones con solo mantener pulsado un botón. Cada día se envían miles de millones de mensajes de audio en todo el mundo, una cifra que demuestra lo arraigada que está esta forma de comunicación.

Esa misma inmediatez es un arma de doble filo. Lo que antes requería tiempo para escribir, revisar y enviar ahora se lanza al instante sin pensar y sin filtro. Como ocurre con cualquier herramienta tecnológica, su utilidad depende más del uso que hagamos de ella que de la propia función.

WhatsApp ofrece opciones para evitar estos errores siempre que las usemos. Se puede escuchar el mensaje antes de enviarlo o incluso cancelarlo deslizando el dedo hacia arriba o a la izquierda mientras grabas. La función de reproducir las notas antes de enviarlas está ahí, pero el hábito de la inmediatez hace que muchos la pasen por alto. Aprendí que, al igual que con un correo importante, merece la pena tomarse un minuto para reflexionar antes de enviar un mensaje de voz, especialmente si es sobre un tema delicado.

La tecnología nos da herramientas para comunicarnos mejor, pero también nos empuja a reaccionar sin pensar. Un simple gesto, como esperar unos minutos, escuchar lo que hemos grabado o incluso optar por escribir, puede marcar la diferencia entre resolver un malentendido o crearlo.

Así que, la próxima vez que tengas el impulso de enviar un mensaje de voz de WhatsApp con las emociones a flor de piel recuerda que el botón de grabar es tan fácil de usar como de dejar reposar.

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