El Chapo Guzmán se lamenta ante el juez que no lo dejan hablar con su defensor

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El famoso narcotraficante mexicano se lamenta además de que no le han entregado “las dos cartas” que le escribió su abogado. El cofundador del cártel de Sinaloa, Joaquín “Chapo” Guzmán, se quejó en una carta al juez que lo sentenció a cadena perpetua por narcotráfico en Estados Unidos de que no le permiten recibir visitas ni hablar con su abogado, algo que para él es “vital”. En una carta manuscrita, el Chapo le dice al juez Brian Cogan, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, que a pesar de que “hace 3 semanas” autorizó que su abogado Israel J. Encinosa pudiera visitarlo, hablar por teléfono o escribirle, “hasta el día de hoy no le han autorizado”. El renombrado narcotraficante mexicano se queja además de que no le han entregado “las dos cartas” que le escribió su abogado. Encinosa “lleva alrededor de 10 meses luchando para que el gobierno le autorice poder visitarme, hablar por teléfono”, señaló. Por ello, vuelve a solicitar al juez que intervenga para que le permita ver a su defensor. “Para mí es vital”, dijo en la misiva fechada el 15 de julio y de la que la AFP obtuvo una copia este martes. Condenado a cadena perpetua en 2019 por liderar una operación de contrabando de drogas a escala industrial, Guzmán se encuentra en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, en Florence, Colorado, conocida como el “Alcatraz de las Rocosas”, que alberga a algunos de los criminales más peligrosos de Estados Unidos. Encinosa, del bufete Holland & Knight con sede en Miami, Florida, representa al narco sinaloense después de que se enemistara con sus defensores anteriores, Jeffrey Lichtman y Mariel Colón. Famoso por fugarse en dos ocasiones de la cárcel en México -una de ellas a través de un túnel de un kilómetro que conectaba con su celda- fue extraditado a Estados Unidos en 2017. No es la primera vez que se queja desde la cárcel. Además de solicitar la realización de un nuevo juicio, lo cual le ha sido denegado repetidamente, había denunciado sufrir un “tormento psicológico en la cárcel” porque no le permiten salir a tomar el sol, ni comunicarse con otros reclusos, ni los guardias le hablan en español. También se ha quejado de que le impedían hablar o recibir visitas de sus hijas y de su esposa Emma Coronel, quien también fue sentenciada a tres años de cárcel por narcotráfico y lavado de dinero.