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A pesar de haber sido pintada recientemente por fuera, sus equipos no funcionan y partes del techo en su interior, en algunos niveles muestran goteras y otros están casi a punto de desprenderse.
La Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que fue una de las más modernas del país, por su tecnología punta y avanzadas aplicaciones, ha entrado en un estado de deterioro que limita el acceso a un ambiente propicio para la formación académica de los estudiantes.
Aunque fue pintada recientemente en su exterior, sus equipos no funcionan y partes del techo en su interior en algunos niveles tienen goteras y otros están casi por caerse.
Entre las principales quejas de los estudiantes universitarios se encuentran la ausencia de internet en todos los niveles, computadoras dañadas, filtraciones en el techo, la falta de aire acondicionado y de las herramientas básicas para la formación y el desarrollo académico.
En un recorrido de periodistas de este medio, se pudo apreciar en el segundo nivel un estado crítico en cuanto a los equipos tecnológicos de la biblioteca. Este nivel, al igual que el tercero y el cuarto, comprenden las Áreas de Servicios Bibliográficos (préstamo de libros y otros materiales).
Se observó que ninguna de las computadoras destinadas al servicio de los estudiantes opera correctamente, no hay acceso a internet y hay un espacio cerrado. Además, se evidenció que, siendo la 1:51 de la tarde del pasado lunes, en el área de los libros no había personal para asistir a los estudiantes.
Reporteros de este medio observaron que solo una computadora en este nivel está habilitada, pero solo para la “búsqueda en el catálogo en línea”, según un aviso justo al lado del equipo.
En este espacio, los estudiantes estaban sentados con sus propios dispositivos, otros dialogando entre ellos y algunos con cuadernos y sus propias computadoras realizando alguna tarea, sin usar ningún dispositivo de la biblioteca, lo que demuestra que estos no funcionan.
En la visita que este diario realizó a la biblioteca, se pudo constatar que en el tercer piso el problema es aún más grave. Allí no funciona ninguno de los equipos tecnológicos, no hay internet y el deterioro en gran parte del techo es más notorio. Muchas mesas están en malas condiciones y otras no tienen sillas.
Todas las computadoras en este nivel tienen una etiqueta que dice “NO”, aparentemente porque están fuera de servicio.
La falta de aire acondicionado en los niveles 2 y 3 es notable, mientras que en el 4 solo hay en áreas específicas, como la de tesis, lo que convierte el inmueble, debido al calor, en un ambiente extremadamente incómodo para el estudio prolongado.
El cuarto piso de la estructura es el que más deterioro presenta. El techo muestra goteras en la zona donde están los equipos tecnológicos.
La presencia de estudiantes era muy mínima en este nivel, donde no había nadie controlando el área o para pedir prestado algún libro. Muchas mesas estaban vacías sin sillas y las pocas que había están deterioradas.
Aquí tampoco funcionan las computadoras. En este nivel hay un salón cerrado y se percibe en malas condiciones. Una gran parte del techo se ve descompuesto, solo hay unas cuantas mesas y están en malas condiciones, no tienen sillas, así como los cubículos se encuentran sin ningún equipo tecnológico.
En septiembre de 2024, este medio realizó un reportaje denunciando el deterioro que, en ese momento, estaba sufriendo esta edificación. Sin embargo, tras una visita este año al lugar por periodistas de este medio, se constató que la situación persiste.
En aquel momento, Listín Diario señaló la falta de internet, computadoras en mal estado, ausencia de aire acondicionado, filtraciones en el techo y problemas para que los estudiantes pudieran realizar sus tareas académicas. Pese al tiempo transcurrido y a otra visita, se comprobó que las condiciones siguen igual.
En respuesta al reportaje de Listín Diario en ese momento, el director general de Planificación y Desarrollo Institucional (DIGEPLANDI), maestro Noel de la Rosa, explicó que el Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED), según De la Rosa, realizó un levantamiento en la Biblioteca Pedro Mir para evaluar todas las áreas afectadas.
Sin embargo, en la visita de este medio al lugar se reflejó que solo en la parte exterior se hicieron algunos cambios, como pintar el edificio, pero en su interior y en cuanto a equipos tecnológicos, el problema persiste.
Fueron consultados algunos estudiantes que se encontraban en el lugar y expusieron a Listín Diario su descontento por los problemas y dificultades que enfrentan en la biblioteca.
Una estudiante, quien decidió omitir su nombre, dijo que los problemas llevan mucho tiempo así y que las autoridades no se preocupan por solucionarlos. “Eso tiene mucho tiempo así y siempre que tengo clases vengo a hacer tareas y tengo que traer mi propio internet porque nunca hay y las computadoras siempre están dañadas”, afirmó la estudiante a este medio.
Aunque en el portal de la página web de la universidad está colgada la información sobre su equipamiento, los mismos no están en funcionamiento. Los datos dicen que hay 527 computadoras conectadas a Internet, distribuidas en los diferentes salones de lectura, y 120 computadoras distribuidas en los lobbies de los niveles 2, 3 y 4, dedicadas al Catálogo en Línea.
A pesar de esa información en su página, con la visita que realizaron reporteros de este diario, se comprobó que los equipos no están funcionando.
Igualmente, aseguran que hay un Aula Virtual con sistema de proyección y sonido, equipada con 49 computadoras, y señal de Internet inalámbrica (wifi) en todas las áreas generales.
No obstante, algunos estudiantes confirman que los equipos no están cumpliendo con las necesidades de los universitarios.
Desde que fue fundada la UASD en 1538, la biblioteca ha sufrido diversos cambios.
Durante la gestión de gobierno (1996-2000), el entonces presidente Leonel Fernández hizo suyo el proyecto hasta concluir la obra civil, inaugurándose en la Rectoría de Roberto Reyna Tejada, el 9 de noviembre del año 2005, con el nombre de Biblioteca Pedro Mir.
La Biblioteca Pedro Mir fue inaugurada por el presidente Fernández en noviembre de 2005 y su remodelación costó 250 millones de pesos. Fue también equipada con un monto de 20 millones de dólares.
Fernández se autoproclamó padrino de la biblioteca, y la catalogó como una de las más modernas del mundo, por su tecnología punta y sus avanzadas aplicaciones.
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