Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Narró cronológicamente cómo fue detenido por la Policía Nacional.
A través de un video en sus redes sociales, Edward Ramírez, periodista de El Nuevo Diario, relató su versión de los hechos, exponiendo una cronología de lo sucedido.
Contó que después de salir de su trabajo, alrededor de las 8:00 de la noche del miércoles 30 de julio, se dirigía al Estadio Olímpico, donde habitualmente hace ejercicio, cuando un individuo, sin motivo aparente, comenzó a arrojar piedras afuera del estadio.
Ante el ataque, y en compañía de otras personas, emprendió la huida, pero en un momento se detuvo para también lanzar piedras; sin embargo, se acercó al individuo y, por seguridad, decidió alejarse.
Una patrulla de la Policía Nacional llegó al lugar y él les explicó lo que había ocurrido.
“Les conté lo que había pasado y procedí a identificarme, mostré mi carnet de trabajo y mi cédula de identidad para que ellos realizaran el peritaje correspondiente, que consistía en verificar mi cédula en su teléfono para ver si tenía antecedentes penales”, explicó en el video.
No obstante, como estaba sudado y sofocado por la persecución, fue acusado como sospechoso de robo por las autoridades nacionales, quienes adoptaron una actitud alterada con él.
Narró que en su mochila llevaba pertenencias que lo identificaban en la profesión, como el carnet de periodista y una acreditación para cubrir un evento especial en Santiago.
Aunque no especificó la hora exacta en que fue interceptado por las autoridades, sí aclaró que intentó hacer dos llamadas desde su celular para contactar a conocidos que supieran de su situación y pudieran ayudarlo, pero las llamadas no fueron respondidas.
Tras el peritaje correspondiente, subió al camión policial a las 12:30 de la medianoche y acompañó a los agentes en el operativo hasta las 6:00 de la mañana, recorriendo todo el Distrito Nacional.
Durante ese tiempo, recurrió una vez más a su derecho a llamar, pero fue interrumpido con otra llamada de la persona que lo iba a auxiliar, entregando el dispositivo al agente de mayor rango y, según relató, no volvió a saber nada de su celular.
Al llegar al destacamento del Ensanche Naco solicitó nuevamente realizar una llamada, pero le informaron que primero debía someterse a un proceso de inspección para registrar sus datos; esto ocurrió a las 9:00 de la mañana del jueves 31 de julio.
Acusó a las autoridades de que ese día, a las 11:00 de la mañana, liberaron a personas retenidas en la estación, pero a él lo retuvieron sin razones sólidas.
“Intenté reclamarle a un agente del Dicrim y me dijo que me callara porque yo era un ladrón. Es importante que esto quede en vídeo para que sepan que yo no lo voy a ocultar”, denunció, tras ser detenido todo el jueves y que cada vez que pedía hacer una llamada, le fue negado varias veces.
Al contar su versión, aclaró que no busca satanizar a la Policía Nacional; sin embargo, responsabilizó de manera específica a los agentes que participaron en el trato recibido, pese a identificarse en reiteradas ocasiones.
Amaneció en la celda hasta el viernes a las 8:00 de la mañana, siendo liberado “a cuentagotas, como si fuera una selección de quién era peor o mayor”. Resaltó que hubo personas con antecedentes penales que fueron liberadas antes que él.
“Con este video quiero dejar las cosas claras porque hay muchas especulaciones y a mí no me agarraron haciendo nada indebido ni nada que vaya en contra de la ley. A mí me agarraron corriendo, levanté las manos cuando fui encontrado, me identifiqué y me puse a disposición de la justicia”, manifestó el denunciante.
Denunció que fue privado de su libertad por un capricho personal de los agentes, con sus derechos vulnerados, ya que presuntamente no se le permitió el derecho a la llamada, aun cuando mencionó que durante las horas que estuvo detenido y esposado realizó más de una.
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