Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
El artista cantó y compartió relatos conmovedores de su vida.
Aunque el protocolo para asistir a una función de un artista en el Teatro Nacional ya no exige la formalidad de antaño, la noche del jueves el público se vistió de gala para disfrutar de las canciones de Emmanuel, que conforman su gira “Solo Hits Tour 2025”.
Las mujeres optaron por elegantes vestidos, de colores oscuros (incluso brillos y hasta botas altas en pleno verano) y los hombres menos formales, pero con estilo casual. Un público a la altura de la producción que llevó a escena el artista mexicano, con un recorrido de un compendio de los muchos éxitos que, en más de 40 años, ha cosechado en su exitosa carrera.
Emmanuel ofreció una función con la que rindió respeto a los presentes y también como cantante. Común en los artistas de su generación (setentones) hizo tres cambios de vestuario, incluyendo zapatos, lentes y sombreros. Con una orquesta compuesta por 11 músicos y 4 coristas, una colorida escenografía de pantallas gigantescas, que acompañaron con imágenes alegóricas de las historias que narraban las canciones.
Un espectáculo visual formidable, especialmente en el cierre del concierto con la canción “La última luna”, un momento óptico en el que se aprecia a Emmanuel girando con la mano la inmensa luna llena.
A sus 70 años, Emmanuel goza de una esbelta figura, que le permite aún exhibir sus característicos movimientos y bailes en el escenario. Movimientos de brazos y piernas con agilidad y un desplazamiento por el escenario con gracia y elegancia.
El artista cantó y compartió relatos conmovedores de su vida, como cuando se enamoró por primera vez a los 12 años; también contó cómo a los 8 años perdió a su madre, quien le enseñó a cantar, y su momento de profesión de fe, cuando a mitad de la interpretación de “Tengo mucho que aprender de ti” hace referencia a su creencia en Dios y su fiel devoción a la virgen de Guadalupe.
Su actuación inició con el clásico de Ritchie Valens, “La Bomba”, desde entonces todas sus interpretaciones fueron una fiesta pura, con éxitos que el público coreó, aplaudió y hasta bailó.
Su saludo, cercano y emotivo, para su público dominicano, al que dedicó con especial cariño las canciones “Corazón de Melao” (1999) de José Antonio Rodríguez; “No he podido verte” (1990) de Juan Luis Guerra y “Quiero un beso” (1994) de Víctor Víctor. Tres grandes autores dominicanos de los últimos años, a los que el artista dedicó palabras de gratitud. Esa noche, estuvo presente el maestro Manuel Tejada, quien realizó los arreglos de “Quiero un beso” y a quien Emmanuel pidió un fuerte aplauso.
Emmanuel se refirió a esta gira como una aventura y recordó que fue a la India para grabar el videoclip de la canción “Esta Aventura”. Así continuaron las canciones que evocan recuerdos y que, con una voz impecable, Emmanuel interpretaba como: “Seguía lloviendo afuera”, “Pobre diablo”, “Quiero dormir cansado”, “Detenedla ya”, “Insoportablemente Bella”, “Sentirme vivo”, “Hay que arrimar el alma”, “Todo se derrumbó” y muchas otras más.
Agregar Comentario