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El germen de la división se propaga en los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas. Las tendencias marcan el paso y resultan ser más activas que la línea oficial de las franquicias. Los partidos mayoritarios libran una batalla abierta por las posiciones que se ganan en las elecciones. Cada quien busca demostrar su fuerza cuando se aproxima cualquier nivel de la futura contienda electoral. La más trascendente e importante es la presidencial. Muchos aspiran, y otros son tímidos, temerosos de provocar roces entre los líderes de sus respectivos partidos. Esta lucha ya asoma su rostro y pronto nadie podrá frenarla. La Junta Central Electoral debe aplicar la ley en lo referente al inicio de las precandidaturas. En estos meses, la lucha de tendencias ha subido la temperatura, pero la Junta ha sido incapaz de llamar a la cordura. Veamos la situación en los partidos. El Revolucionario Moderno tiene candidatos que son funcionarios públicos de primer nivel. Ya el presidente Luis Abinader les advirtió que para hacer campaña interna deben dejar sus cargos. No basta con la advertencia, ya que muchos han continuado en campaña, disfrazándola de actos oficiales en sus ministerios o dependencias. El presidente Abinader debe dar un golpe sobre la mesa y cesantear a los que no entiendan. Existe un liderazgo compartido en el PRM, el de Abinader e Hipólito Mejía. En la superestructura, ambos han sabido mantener la bandera de la paz, manejando las diferencias con habilidad. Nadie en el PRM está por encima de Abinader o Hipólito, por lo que las luchas de tendencias pueden silenciarse con una acción disciplinaria firme. En el Partido de la Liberación Dominicana, el liderazgo de Danilo Medina se pone a prueba diariamente. Aunque a la dirección peledeísta no le interesa frenar las precandidaturas, la ola amenaza con desatar pleitos internos que podrían generar divisiones. Es más, en el PLD, con un líder ya retirado para las presidenciales, es difícil acabar con la anarquía de aspiraciones. Leonel y la Fuerza del Pueblo tienen una situación particular. Nadie aspira a la presidencia. Es un partido creado a la imagen y semejanza de Leonel. Pero habrá disputas por los cargos de alcaldes, regidores, diputados y senadores.
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