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Cádiz (1973) Redactor y editor centrado en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.
Conforme a los informes anuales de Unicode y análisis de uso en redes sociales, el emoji 😂 siempre está en los primeros lugares, muy por delante de otros populares como el corazón rojo o la carita con corazones . Su éxito no solo reside en que es un símbolo universal de risa, sino también en que es práctico y rápido para expresar emociones que, de otra manera, requerirían varias palabras.
En aplicaciones como WhatsApp, Instagram o X, millones de usuarios lo usan a diario. Se ha transformado en un recurso automático para reaccionar ante un chiste, un vídeo gracioso o hasta como forma de suavizar un comentario.
Aunque la mayoría lo identifica como “cara llorando de risa”, Unicode lo define oficialmente como Face with Tears of Joy (cara con lágrimas de alegría). El matiz es importante, no es simplemente reírse, sino hacerlo tanto que brotan lágrimas.
En muchas culturas digitales se ha normalizado como un gesto de complicidad, algo que transmite buen rollo y cercanía. Sin embargo, entre usuarios más jóvenes, su uso empieza a percibirse como un símbolo “pasado de moda”, y a menudo prefieren el emoji 🤣 (rodando por el suelo riendo) o expresiones más irónicas como el 😭.
Lo curioso del emoji más utilizado del mundo es que ha superado la simple mensajería. Ha aparecido en campañas de publicidad, camisetas, e incluso en debates sobre cómo ha cambiado nuestra forma de comunicarnos. En 2015, el diccionario Oxford lo eligió como “palabra del año”, un reconocimiento que reflejaba la magnitud de su impacto en la cultura digital. La fuerza de este icono radica en que no precisa traducción, sin importar el idioma o el país, cualquiera entiende que se trata de alguien riendo a mandíbula batiente. Esa universalidad lo ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la era de internet.
El dominio de este emoji también nos recuerda que los emojis actúan como un nuevo lenguaje. Son capaces de transmitir emociones en un instante, algo que el texto escrito con frecuencia no logra. Por eso, su relevancia va mucho más allá de lo anecdótico: se han vuelto herramientas que moldean la comunicación en la era digital.
Puede que en unos años otro símbolo le quite el trono, pero por ahora el emoji más usado del mundo sigue siendo el mismo, acompañando cada día millones de mensajes en todas partes.