Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Lima (EFE).- En pleno proceso de instalación de tuberías de gas natural en el norte de Lima, la capital de Perú, se desenterró un entierro prehispánico con más de mil años de antigüedad, perteneciente a la cultura preincaica Chancay, el segundo de esta índole en menos de dos meses.
El descubrimiento, registrado en el distrito limeño de Puente Piedra, permitió rescatar los restos de un fardo funerario con un individuo envuelto en textiles y acompañado de su ajuar, compuesto por vasijas y otros objetos.
El hallazgo consta de dos tumbas, aunque en una no se halló ninguna momia, y ambas estaban protegidas por troncos y vegetación a unos dos metros de profundidad, lo que impidió su descubrimiento en excavaciones anteriores, explicó a EFE el equipo de arqueólogos de la compañía de gas Cálidda.
“Hemos logrado identificar a un individuo en posición flexionada, sentado, rodeado y secundado por algunas vasijas. Las características de estos recipientes y su iconografía nos permiten asignarles una datación aproximada de 1.000 o 1.100 años de antigüedad, correspondiente a la cultura Chancay”, relató el arqueólogo José Aliaga.
La cultura preincaica Chancay floreció en la costa central de Perú entre los años 1.100 y 1.400, alcanzando un notable desarrollo agrícola y urbano.
¿Qué se encontró en el entierro en Lima?
Aliaga detalló que el fardo funerario desenterrado alberga el cuerpo de una persona adulta, del que sobresale el cráneo, y a su alrededor se encontraron cuatro vasijas de cerámica de diversas formas y colores, además de varios recipientes hechos con calabazas, conocidos como mates.
“Una de ellas es una gran tinaja o cántaro de estilo tricolor geométrico, con la representación de un personaje con los brazos extendidos. Y otra es una botella de estilo Chancay negro sobre blanco, con la representación de un personaje con pintura facial y decoraciones geométricas en el cuerpo, muy características de la cultura Chancay”, comentó el arqueólogo de Cálidda Jesús Bahamonde.
Tanto la momia como los objetos fueron trasladados este jueves para su análisis en el laboratorio de la empresa, con el fin de determinar su antigüedad exacta, el sexo del individuo y otros detalles, para luego ser entregados al Ministerio de Cultura.
También puede leer: Nayib Bukele logra reelección indefinida tras reforma constitucional en El Salvador
A pocos metros de este descubrimiento, la misma empresa había encontrado hace un mes otro fardo funerario con restos de una joven del mismo período prehispánico, junto a vasijas y mates.
“Cuando entramos a una zona para instalar el gas, revisamos la bibliografía de la zona, fotografías aéreas del año 40 y ya habíamos identificado en esta área un cementerio prehispánico que, al ser urbanizada paulatinamente, ha ido desapareciendo”, añadió Aliaga.
Numerosos hallazgos en 20 años
Por su parte, la vecina Luz Mariñas, cuya casa colinda con el hallazgo funerario, confesó que aún no ha querido ver la momia porque le da “miedo” que su vivienda esté sobre un cementerio.
Bahamonde recordó que los proyectos de gas natural se llevan a cabo con un monitoreo arqueológico, un procedimiento requerido en toda obra civil que exige el Ministerio de Cultura y mencionó que Cálidda ya ha recuperado más de 2.200 hallazgos en dos décadas.
En este contexto, el investigador señaló que, en colaboración con la Municipalidad de Puente Piedra, se creó un museo municipal que exhibe una colección de piezas arqueológicas halladas en este distrito y que revelan su historia prehispánica.
Agregar Comentario