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Juan Soto, en plena forma justo cuando los Mets más lo requieren

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Esa idea, que quizás tuvo algo de sentido en abril o mayo, ha quedado completamente desactualizada.

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El pelotero dominicano, en su primera campaña con los Mets, apunta a un 30-30.

Ya no se puede afirmar que Juan Soto esté teniendo un año flojo. Esa idea, que quizás tuvo algo de sentido en abril o mayo, ha quedado completamente desactualizada. La realidad es que, aunque comenzó de manera discreta (al menos comparado con sus altos estándares), Soto ha ido aumentando su nivel mes tras mes. En junio aceleró, en julio aminoró un poco el ritmo, pero en agosto ha resurgido con fuerza, elevando sus números generales a un nivel verdaderamente destacado.

El sábado, Soto fue el protagonista absoluto en la remontada — que al final no se concretó — de los Mets contra los Marlins en el Citi Field. Sus dos jonrones ayudaron a borrar una desventaja de seis carreras, aunque el bullpen no pudo mantener la ventaja y los Mets perdieron 11-8. A pesar de esto, el espectáculo de Soto no pasó desapercibido.

Con 136 juegos jugados, Soto lidera al equipo en jonrones (35) y carreras anotadas (102), y está igualado en el liderazgo en bases robadas (25). A falta de un mes para finalizar la temporada, tiene una posibilidad real de lograr una campaña de 30-30. De hecho, si mantiene su ritmo actual, incluso una temporada de 40-30 no es descabellada. En otras palabras, Soto está brillando cuando más se le necesita: con los Mets aún en la lucha por un puesto en octubre.

Y no solo con el bate. En la tercera entrada, Soto recibió una base por bolas, robó su 24ª base del año y luego anotó tras el jonrón de tres carreras de Mark Vientos. En la cuarta, conectó un cuadrangular solitario ante Edward Cabrera. En la sexta, otro jonrón, esta vez de dos carreras, empató el juego. Y en la octava, su 25ª base robada volvió a presionar a la defensa rival. En total, Soto se embasó en sus cinco visitas al plato: dos jonrones, dos bases por bolas y un pelotazo, anotando tres veces.

Es cierto que algunos de sus números tradicionales — como promedio de bateo, porcentaje de embasamiento y slugging — son los más bajos o los segundos más bajos de su carrera. Pero el contexto lo es todo. Soto todavía mantiene un OPS superior a .900, ubicándose entre los ocho mejores de todas las Grandes Ligas. Está en camino de conectar 42 jonrones, lo que sería un nuevo récord personal. Ya suma 102 carreras anotadas (cuarta mejor marca de su carrera) y está a punto de alcanzar por cuarta vez las 100 carreras impulsadas.

Además, su aporte va más allá de lo evidente: sus robos de base han llegado en momentos cruciales, y su agresividad en las almohadillas le ha dado un matiz diferente a su juego. Soto ha evolucionado. Ha pasado de ser un bateador élite a convertirse en un jugador completo, con impacto en todas las facetas.

Los logros individuales no se detienen. Con su actuación del sábado, Soto empató a Mickey Mantle con 115 juegos con al menos un jonrón y una base por bolas antes de cumplir 27 años. Y también se convirtió en el primer jugador en la historia de MLB en conectar 35 o más jonrones con tres equipos distintos en tres temporadas consecutivas. Cifras dignas de museo.

Independientemente de si alcanza o no la marca del 30-30, queda claro que Soto está escribiendo otro capítulo digno del Salón de la Fama. Lo más impresionante no es solo su poder o su constancia, sino su capacidad de elevar su juego cuando más lo necesita su equipo. Y si los Mets logran llegar a octubre, no habrá dudas de que Juan Soto fue el hombre que los llevó allí.

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