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En la última semana y media, se han lanzado juguetes sexuales a la cancha durante los partidos en Atlanta el 29 de julio, Chicago el 1 de agosto, Los Ángeles el 5 de agosto y, nuevamente, en Chicago el jueves por la noche, siendo el objeto más reciente lanzado en los segundos finales de la victoria del Atlanta Dream sobre las Sky. El juguete sexual que aterrizó en la cancha en Los Ángeles casi impacta a la base de las Fever, Sophie Cunningham, durante el partido de Indiana contra las Sparks. También se lanzaron juguetes sexuales en partidos de Nueva York y Phoenix el martes pasado, aunque no llegaron a la cancha.
Un hombre fue arrestado el sábado en College Park, Georgia, tras ser acusado de arrojar un juguete sexual a la cancha durante el encuentro del 29 de julio entre las Atlanta Dream y las Golden State Valkyries, según un informe policial. El informe indica que lanzó otro juguete sexual durante el partido del 1 de agosto contra las Phoenix Mercury, pero, al parecer, ese incidente no causó una interrupción en el juego.
Se le imputan cargos por alteración del orden público, allanamiento ilegal, indecencia pública y exhibición indecente. Los cuatro cargos son delitos menores en el estado de Georgia, lo que significa que, de ser declarado culpable, la pena por cada uno podría ser una multa de hasta $1,000 o una pena de cárcel de hasta 12 meses. Un delito menor por indecencia pública y exposición indecente también podría conllevar la inscripción en la lista estatal de delincuentes sexuales.
El informe señala que el hombre dijo a la policía: “Se suponía que esto era una broma y que la broma se volvería viral”.
Otro hombre en Phoenix fue arrestado después de que, según la policía, lanzara un juguete sexual al público durante un partido de los Mercury el martes. La policía afirma que el joven de 18 años sacó el juguete sexual del bolsillo de su suéter y lo lanzó hacia los asientos delanteros, golpeando a un espectador en la espalda.
La policía dice que el hombre fue arrestado bajo sospecha de agresión, alteración del orden público y exhibición pública de material sexual explícito.
Los juguetes sexuales que se arrojan a la cancha generalmente no incluyen elementos metálicos, lo que significa que los detectores de metales del estadio no pueden detectarlos. Cuando un espectador los lleva encima, se vuelven aún más difíciles de detectar.
“No todos los estadios utilizan un proceso de revisión consistente que pueda detectar (los juguetes sexuales) debido a lo que se requeriría: cacheos, apertura de bolsas, prohibición de bolsas”, se dijo. “El conflicto entre la conveniencia, el acceso de los aficionados al estadio y al recinto, que es un tema importante, y la seguridad”.
Las limitaciones de seguridad en los estadios hacen que las acciones legales sean uno de los elementos disuasorios más fuertes para este tipo de comportamiento, se explicó.
“La decisión de procesar y mostrar ejemplos de cómo se está tratando a las personas es muy importante”, se dijo. “Sin duda, creo que marcará la diferencia. Su aplicación es importante, y su difusión es importante”.
A medida que se acumulan los incidentes, la frustración en la cancha aumenta.
“Todos intentan asegurarse de que la victoria no sea una broma y se tome en serio, y entonces sucede”, comentó Cunningham en su podcast tras casi ser golpeada por uno de los juguetes sexuales el martes. “Pensé: ‘¿Cómo vamos a ser tomadas en serio?'”.
Ninguna otra liga deportiva profesional se ha enfrentado a incidentes con juguetes sexuales como este. Esto ha iniciado un debate en línea sobre las decisiones de quienes los lanzan durante los partidos en una liga femenina y una liga con una gran cantidad de jugadoras lesbianas y queer de alto perfil.
“Esto ha estado ocurriendo durante siglos, la sexualización de las mujeres. Esta es la última versión de eso. No tiene gracia. No debería ser el blanco de las bromas”, dijo el jueves la entrenadora de las Minnesota Lynx, Cheryl Reeve. “La sexualización de las mujeres es lo que se utiliza para oprimirlas, y esto no es diferente”.
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