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“La edificación señalada como Residencial Atlántida todavía no tenía los permisos”.
La constructora Noval Properties, que vio un proyecto turístico detenido en Las Terrenas de Samaná, también enfrenta “serios problemas” para seguir adelante con una gran construcción iniciada en el área cercana a Playa Bávaro, donde se anuncia un proyecto residencial de apartamentos y villas.
En fuentes oficiales solo se ha podido confirmar que esa construcción, identificada como Residencial Atlántida, no contaba aún con los permisos definitivos y había comenzado la obra con “permisos provisionales”, pero no se han dado más detalles del asunto, y se ha sugerido “averiguar quiénes son los dueños originales” de esa propiedad para obtener información detallada, pero sin indicar a quién contactar.
En la Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (Proedemaren) se confirmó que un equipo de fiscales había intervenido el proyecto de Playa Bonita, Samaná, pero ese departamento de la Procuraduría General de la República, no tenía aún abierto un expediente relacionado con el caso de Punta Cana.
Tampoco se pudo obtener información en la Asociación de Hoteles de Punta Cana, ya que el presidente de la entidad es la única persona autorizada para responder a los periodistas y no estaba disponible.
Se pudo averiguar que las vistas públicas que exigen las normativas ambientales, que obligan a presentar un proyecto y escuchar las opiniones de la sociedad, en el caso del residencial Atlántida se realizaron en noviembre de 2022. En esta cita abierta al público sí se informó que los terrenos para el residencial habían sido comprados por la empresa Atlántida, la cual resultó ser una entidad vinculada a Noval Properties.
El proyecto tuvo un inicio “a toda velocidad”, pero aquí, en círculos empresariales y bufetes de abogados, se asegura que ha enfrentado dificultades para completar los permisos necesarios de los ministerios de Medio Ambiente, Turismo y Vivienda y Edificaciones, debido a “objeciones legales” que limitan el tipo de proyectos que pueden desarrollarse en esa propiedad ubicada en la zona céntrica del área turística de Punta Cana.
Estas informaciones sobre los obstáculos legales que han retrasado la construcción no han sido confirmadas oficialmente por los ministerios que intervienen en la aprobación de los permisos necesarios.
Lo que sí se ha podido confirmar en el Registro de Títulos de Propiedad de la Provincia La Altagracia, en Higüey, es que el título de esos terrenos tiene una restricción anotada, que procede legalmente porque consta en un contrato de compraventa, la cual prohíbe la construcción de viviendas, hoteles o edificaciones similares, en esos terrenos.
Un empleado del Ministerio de Medio Ambiente en la provincia La Altagracia, quien participó en las vistas públicas para el proyecto Atlántida, confirmó bajo condición de anonimato, que en esa actividad, un representante de la empresa Golf Bávaro, demostró ser el dueño original de esos terrenos.
Explicó que esa persona entregó los documentos que confirman que en el contrato de venta a la empresa Ocean World Punta Cana, en el 2004, se estipuló como condición que solo podían ser usados para desarrollar un delfinario, la actividad principal de la empresa compradora. Al ser contactada sobre el tema, Golf Bávaro respondió que la persona autorizada para hablar por la empresa no se encontraba en el país.
En el Ministerio de la Vivienda, de manera informal, se dijo que el proyecto está en “proceso de regularización”. En el Ayuntamiento de Higüey se confirmó la existencia de un recurso legal contra la aprobación del proyecto.
Algunas personas, con posiciones importantes en las actividades turísticas, que aún no desean hacer públicas sus opiniones esperando las decisiones de las autoridades, han manifestado su preocupación y temen que en Bávaro se repita lo ocurrido en Samaná con Noval Properties.
Manifestaron que el descuido en los procesos institucionales para la aprobación de los permisos provocará un grave perjuicio a los derechos de los inversores que confiaron en un gran proyecto que no podrá cumplir sus compromisos.
El temor de algunos dirigentes de Asonahores a los que se les preguntó, es la “promoción negativa y el impacto negativo en la imagen de destino”, que proyecta un caso como este, con clientes que adquieren una propiedad, entregan el pago inicial y luego no se les entrega el apartamento o villa; y esto “daña la imagen y la confianza” en el destino Punta Cana, el más importante del país y del Caribe.
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