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El punto álgido de las preocupaciones en la vida ya no residiría en la etapa media
Uno de los patrones más notables en las ciencias sociales es la curva del bienestar, que suele declinar después de la infancia hasta los 50 años y después vuelve a subir. Un modelo que se desvanece debido al empeoramiento de la salud mental juvenil.
La época de mayores inquietudes en la vida ya no sería la mediana edad, sino que incrementa durante la juventud temprana para descender gradualmente con el paso de los años, según un estudio dirigido por el Dartmouth College (EE.UU).
La curva del bienestar en relación a la edad, también conocida como de la felicidad, tiene forma de U y fue descrita en 2008. Al invertir la U, aparece la curva o joroba del malestar, que se manifiesta como preocupación, estrés y depresión con el paso de los años.
Ahora, esa llamada joroba habría desaparecido, porque el malestar disminuye de manera constante con los años, pero el motivo no es una mejora en la mediana edad, sino la condición de los jóvenes, indica la investigación publicada en Plos One.
Un grupo de investigadores estadounidenses y británicos analizó inicialmente datos de sus países y después de otros 42, provenientes estos últimos del estudio Global Minds sobre salud mental.
El conjunto abarca desde 1993 hasta 2025 y recopila respuestas sobre la salud mental, angustia, temor, ansiedad y pensamientos suicidas de los participantes.
En EE.UU. y Reino Unido, “podemos demostrar que este cambio ha ocurrido porque la salud mental de los jóvenes se ha deteriorado en comparación con la de las personas mayores”, indica el estudio.
Los autores consideran “lógico deducir que los mismos cambios subyacentes explican el patrón de malestar asociado a la edad que observamos globalmente”.
Las razones no están claras, pero los autores sugieren los efectos a largo plazo de la crisis financiera de 2008 en las perspectivas laborales de los jóvenes, la financiación insuficiente de los servicios de salud mental, los retos de la pandemia de covid-19 y el aumento del uso de teléfonos móviles y redes sociales.
La muestra incluye a personas de entre 18 y 74 años y, si se consideran las diferencias por género entre los menores de 25 años, se observa que la salud mental de las mujeres es peor que la de los hombres en los 44 países en lo referente a la desesperación y las tendencias suicidas.
Este es el primer artículo que “demuestra que el deterioro de la salud mental de los jóvenes en los últimos años implica que, hoy en día, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, el malestar mental es mayor entre los jóvenes y decrece con la edad”, señala el artículo.
Esta situación “supone un cambio considerable respecto al pasado, cuando el malestar mental alcanzaba su punto más alto en la mediana edad”. “Las razones de este cambio son debatibles, pero lo que nos preocupa es que actualmente existe una grave crisis de salud mental entre los jóvenes que requiere atención”.
El hallazgo de que el malestar disminuye con la edad, pero comienza alto en la juventud, “evidencia que adolescentes y jóvenes son un grupo vulnerable en términos de salud mental”, comenta sobre la investigación, en la que no participó, la doctora en Psicología de la Universidad del País Vasco, Maite Garaigordobil.
El estudio resulta relevante porque cuestiona un hallazgo empírico muy establecido: la existencia de la curva en U del bienestar y de la joroba del malestar, señala la investigadora al Science Media Centre, una plataforma de recursos científicos para periodistas.
La evidencia presentada muestra que este patrón está cambiando y que la salud mental de los jóvenes “se está deteriorando de manera significativa, lo que genera un nuevo panorama para la investigación y la intervención educativa y social”.
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