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La provincia de La Vega tiene un lugar destacado en el avance del país. Geográficamente, se encuentra en una posición ventajosa, casi en el centro y limita con otras nueve provincias: Santiago de Los Caballeros, Espaillat, San Francisco de Macorís, Hermanas Mirabal, Juan Sánchez Ramírez, Monseñor Nouel, San Juan de La Maguana, Ocoa y Azua, en la región sur.
Todos los eventos económicos, políticos o sociales importantes que ocurren en esta provincia, generalmente tienen un impacto o un efecto dominó en las demás. De ahí el gran interés que muestran todos los partidos políticos en querer ganar aquí.
Esta provincia tiene más de 440 mil habitantes, posee cuatro municipios muy relevantes y con una gran producción agrícola (arroz, yuca, plátanos, hortalizas y vegetales), avícola, y con una La Vega, que avanza por caminos separados, cada uno por su lado, ya que no ha habido una figura que una a los diferentes sectores que, de una u otra forma, influyen mucho en la provincia; que se encargue de coordinar, mediante una agenda de desarrollo, las obras y los servicios esenciales, tanto para el crecimiento, como para el desarrollo económico de la provincia y sus municipios.
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Tiene un sistema financiero fuerte: bancos comerciales, asociaciones de ahorro y préstamos y grandes cooperativas; además, con tres universidades; es la provincia con la mayor cantidad de jóvenes bachilleres; con grandes industrias y un moderno parque de zona franca; una emisora-escuela radial (Radio Santa María) y una cadena de emisoras de radio y de televisión por cable; modernas vías de comunicación terrestre, grandes restaurantes, modernas agencias distribuidoras de vehículos, tierras fértiles y diversas fuentes acuíferas.
Además, cuenta con una prestigiosa Cámara de Comercio y Producción, formada por jóvenes emprendedores y dinámicos. Es una provincia de grandes primicias históricas y religiosas, con una gran fe católica, influenciada por la notable labor social, sacerdotal y religiosa, realizada durante muchos años por el padre Francisco Fantino Falcó.
Pero a pesar de todas esas cualidades y ventajas, el liderazgo empresarial, político, religioso, social y profesional de la provincia de La Vega, avanza por caminos diferentes, cada uno por su lado, ya que no ha habido una figura que una a los diferentes sectores que influyen mucho en la provincia, que se encargue de coordinar las obras y los servicios esenciales.
Por ello, varios proyectos de obras públicas y sociales no se canalizan, ejecutan o se les da continuidad, por la falta de unidad de estos sectores, debido al protagonismo y a los celos existentes de algunos actores.
Hace unos años se elaboró un Plan Estratégico de Desarrollo, un análisis de la provincia y sus municipios, pero el mismo fue archivado y no se le ha dado seguimiento, a pesar de tantos esfuerzos, sacrificios y del dinero invertido. Hay que intentar lograr la unidad en la diversidad de ideas.
Considero que la máxima autoridad de un municipio, sobre todo, el cabecera, como es La Vega, es la alcaldía, y es la que debe tomar esa iniciativa, la de emprender y liderar la unión del liderazgo local, tal como lo han hecho otros grandes municipios, junto con la Cámara de Comercio y Producción, Inc. y la Asociación para el Desarrollo.
Se debe aprovechar la presencia del nuevo obispo de la Diócesis de La Vega, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, quien es un gran ambientalista, con una gran formación intelectual, siempre dispuesto a colaborar con el desarrollo de todas las provincias que integran la diócesis que dirige, tal como lo hizo en su momento, monseñor Juan Antonio Flores Santana, quien fue un gran promotor de grandes obras de desarrollo para esta provincia.
Existen muchos problemas sociales y de infraestructuras que se pueden solucionar de inmediato, pero que no se resuelven por la falta de unidad del liderazgo provincial o municipal, como la reparación de un simple puente en la entrada principal de la ciudad de La Vega, el cual lleva más de dos años colapsado, afectando las actividades comerciales y empresariales.
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