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Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte: ese es el selecto grupo de 9 países con armas nucleares.
De ellos, Israel es el único que jamás lo ha reconocido oficialmente.
Estados Unidos se convirtió en la primera potencia nuclear tras desarrollar estas armas en secreto como parte del Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial.
Y desplegó estas armas con efectos devastadores hace 80 años, el 6 y 9 de agosto de 1945, cuando lanzó bombas atómicas sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki respectivamente.
Este país era una de las potencias del Eje, una coalición militar que también incluía a la Alemania nazi e Italia, y con la que las fuerzas aliadas estaban en guerra.
Se calcula que las explosiones causaron la muerte de al menos 200.000 personas. Esta sigue siendo la única vez que se han usado armas nucleares en un conflicto.
Patricia Lewis, experta en control de armas, afirma que este fue el “verdadero inicio de la carrera armamentística nuclear”. E impulsó a otros países, especialmente a la antigua Unión Soviética, a buscar urgentemente la construcción de sus propias armas nucleares, tanto como elemento disuasorio contra ataques como para proyectar poder a nivel regional y global.
Inventario estimado de ojivas nucleares a nivel mundial, enero de 2025
Menos de dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la Guerra Fría: una lucha de poder global entre Estados Unidos, la Unión Soviética y los aliados de ambos bandos.
Esta lucha duró más de 40 años y, en ocasiones, amenazó con desembocar en un conflicto nuclear.
Los soviéticos iniciaron su intento de construir una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial y lo consiguieron en 1949, cuando hicieron una prueba exitosa que puso fin al monopolio estadounidense sobre las armas nucleares.
Tras eso, ambos bandos buscaron desarrollar armas nucleares aún más destructivas.
Durante los siguientes 15 años, tres países más se convirtieron en potencias nucleares.
Primero fue Reino Unido, país que colaboró con Estados Unidos en el desarrollo de armas nucleares durante la Segunda Guerra Mundial. Lo consiguió en 1952 y se convirtió así en el tercer país en tener armamento de este tipo.
Le siguieron Francia y China en 1960 y 1964, respectivamente.
Para la década de 1960, las cinco potencias nucleares — Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido, Francia y China — ya estaban firmemente establecidas.
Sin embargo, crecieron los temores de que el número de Estados con armas nucleares pudiera aumentar de manera significativa.
En respuesta, las Naciones Unidas crearon el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), diseñado para evitar un mayor desarrollo de este tipo de armamento, promover el desarme y facilitar el uso pacífico de la energía nuclear.
El tratado entró en vigor en 1970, pero no todos los países lo firmaron. Y las armas nucleares aumentaron.
India se convirtió en potencia nuclear en 1974 y Pakistán en 1998. Ninguno de los dos países firmó el tratado, en parte debido a las preocupaciones de seguridad mutuas.
Israel tampoco ha firmado el tratado.
Esto implica que no se someten, como el resto de firmantes, a inspecciones periódicas de sus posibles instalaciones nucleares.
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Las autoridades israelíes han señalado constantemente las amenazas y tensiones regionales, así como la hostilidad de muchos de sus vecinos, como razones para no firmar el tratado.
Ha mantenido una política de ambigüedad nuclear, es decir, ni confirma ni niega la posesión de armas nucleares.
Corea del Norte firmó inicialmente el acuerdo, pero se retiró en 2003, culpando a los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur. En 2006, realizó una prueba nuclear.
Junto con India, Pakistán e Israel, Sudán del sur, fundado en 2011, es otro Estado miembro de la ONU que nunca ha firmado el TNP.
“Hasta donde sabemos” Irán no ha logrado una bomba nuclear aún, afirma Andrew Futter, profesor de política internacional en la Universidad de Leicester, Reino Unido. Este experto añade: “Técnica o tecnológicamente, no hay ninguna razón real por la que no puedan hacerlo”.
Según dijo en marzo el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Irán tiene uranio enriquecido al 60% de pureza.
“Para construir una bomba nuclear tiene que estar enriquecido por encima de un 90%”, explicó a BBC Mundo Xavier Bohigas, doctor en Física e investigador del Centro Delàs d’Estudis per la Pau.
Irán, signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear, siempre ha afirmado que su programa nuclear tiene fines pacíficos y que nunca ha buscado desarrollar un arma nuclear.
En una investigación hecha por la OIEA, realizada durante una década, hallaron pruebas de que Irán llevó a cabo “una serie de actividades relacionadas con el desarrollo de un dispositivo explosivo nuclear” desde finales de la década de 1980 hasta 2003, cuando se detuvieron los proyectos del conocido como Proyecto Amad.
En 2015, Irán llegó a un acuerdo con seis potencias mundiales en virtud del cual aceptaba restricciones a sus actividades nucleares y permitía la supervisión de los inspectores del OIEA a cambio de un alivio de las agobiantes sanciones internacionales.
El presidente estadounidense Donald Trump abandonó el acuerdo durante su primer mandato en 2018. Alegó que no contribuía lo suficiente a impedir el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán, y restableció las sanciones.
Irán respondió incumpliendo repetidamente las restricciones del OIEA, en particular las relacionadas con el enriquecimiento de uranio.
El 12 de junio de 2025, la junta de gobernadores del OIEA, compuesta por 35 países, declaró que Irán, por primera vez en 20 años, incumplía sus obligaciones de no proliferación.
Al día siguiente, Israel lanzó una serie de ataques contra objetivos nucleares y militares iraníes. Posteriormente, se le unió su aliado cercano, Estados Unidos, que atacó tres instalaciones nucleares iraníes, incluida la planta subterránea de Fordo.
Israel nunca ha confirmado oficialmente su posesión de armas nucleares, pero se cree ampliamente que posee un arsenal significativo.
Lo que se conoce del programa nuclear de Israel es por filtraciones, por informes de los departamentos de Defensa y de Energía de Estados Unidos y por estudios aproximados de las agencias internacionales que monitorean el tema nuclear.
Y, más en concreto, en octubre de 1986, un técnico nuclear israelí, Mordechai Vanunu, proporcionó detalles al periódico británico Sunday Times sobre la existencia de un programa de armas nucleares mucho mayor y más avanzado de lo que se creía.
Por ello, fue encarcelado en Israel durante 18 años y liberado en 2004.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), un centro de estudios, Israel está modernizando su arsenal.
En la actualidad, las instituciones encargadas de monitorear la actividad nuclear calculan que Israel debe poseer alrededor de 90 cabezas nucleares.
En 2024, ese país realizó una prueba de un sistema de propulsión de misiles “que podría estar relacionado con su familia de misiles balísticos con capacidad nuclear Jericho” y parece estar modernizando su planta de producción de plutonio en Dimona, según el SIPRI.
Israel ha actuado militarmente para impedir que sus rivales regionales adquieran capacidad nuclear.
Además de sus ataques contra Irán, bombardeó un reactor nuclear en Irak en 1981 y una presunta planta nuclear en Siria en 2007.
Otros países, como Brasil, Suecia y Suiza, comenzaron a trabajar en la construcción de armas nucleares para luego abandonar sus programas, ya fuera de modo voluntario o debido a presiones externas.
Sudáfrica es el único país del mundo que ha construido armas nucleares con éxito y luego las ha desarmado, así como desmantelado su programa nuclear.
“Esto sigue siendo un caso atípico bastante significativo en la era nuclear: un Estado que construyó sus propias armas nucleares y luego decidió desarmarse”, afirma Futter.
La decisión se debió a una combinación de factores, como el fin del régimen del apartheid, la disminución de los conflictos regionales y la cambiante dinámica política mundial.
Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, tres nuevos Estados independientes — Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán — heredaron armas nucleares, pero renunciaron a ellas.
En el caso de Ucrania, su renuncia vino a cambio de garantías de seguridad por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia en virtud del Memorando de Budapest de 1994.
En repetidas ocasiones, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha argumentado que su país, en conflicto con las fuerzas rusas durante más de una década, ganó poco al entregar las armas.
Así, estados de prácticamente todas partes del mundo tienen o han tenido el arma nuclear con una notable excepción: América Latina, donde no solamente no hay potencias nucleares sino que, además, fue la primera región densamente poblada del mundo en declararse como zona libre de armas nucleares.
Dado que los gobiernos rara vez revelan todos los detalles de sus arsenales nucleares, es difícil saber con exactitud cuántas armas posee cada país.
Sin embargo, según el grupo de expertos SIPRI, las potencias nucleares del mundo poseían un total estimado de 12.241 cabezas nucleares en enero de 2025.
Rusia y Estados Unidos controlan alrededor del 90% del arsenal mundial según SIPRI.
Aunque el desmantelamiento de cabezas nucleares retiradas ha superado en general e
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