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Aunque este fenómeno puede manifestarse en cualquier persona activa, resulta, particularmente preocupante en adolescentes y jóvenes deportistas de nivel amateur.
Los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra advierten que excederse en la práctica deportiva, sobre todo sin una planificación correcta, puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental.
“El sobreentrenamiento surge cuando el cuerpo no tiene tiempo suficiente para recuperarse entre sesiones de ejercicio. Este desequilibrio puede generar fatiga crónica, bajo rendimiento, lesiones recurrentes o incluso alteraciones hormonales e inmunológicas”, explica el doctor Juan Bertó, responsable del Área de Medicina Deportiva de la Clínica Universidad de Navarra.
Si bien este fenómeno puede presentarse en cualquier persona activa, preocupa, sobre todo, en adolescentes y jóvenes deportistas que compiten a nivel amateur. “En muchos casos, en su deseo por mejorar marcas o destacar, no escuchan las señales del cuerpo y terminan esforzándose más de lo aconsejable”, expone el doctor Bertó.
Entre las manifestaciones más frecuentes de este agotamiento se encuentran el cansancio persistente, los dolores musculares y articulares, la disminución del rendimiento, la falta de motivación y una mayor propensión a infecciones. “También puede producirse un desequilibrio hormonal que afecta al metabolismo, la recuperación muscular y el estado de ánimo”, añade.
Una de las consecuencias más graves de este exceso es el conocido ‘burnout físico’: un estado de agotamiento extremo que puede llevar incluso al abandono de la práctica deportiva. “Se caracteriza por la pérdida de interés en el entrenamiento, dificultades para concentrarse, sensación constante de fatiga y, en los casos más graves, síntomas depresivos”, apunta el doctor Bertó.
Para evitar estos efectos, los expertos sugieren una planificación equilibrada del entrenamiento que combine fases de esfuerzo con periodos de recuperación adecuados. También recomiendan cuidar aspectos como la hidratación, la alimentación y el sueño, además de incluir variedad en los tipos de ejercicios realizados.
“Una práctica deportiva saludable no debe enfocarse únicamente en el rendimiento, sino en el bienestar integral de la persona. Padres, entrenadores y profesionales deben colaborar para acompañar a los jóvenes deportistas y enseñarles a respetar los límites del cuerpo”, concluye el doctor Bertó.
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