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Los recién llegados refugiados a EEUU se preguntan sobre su porvenir

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EAU CLAIRE, Wisconsin -- El viento de enero golpeó a Luismar Liendo y Edwin Pérez apenas descendieron del avión en Eau Claire.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

EAU CLAIRE, Wisconsin — El viento de enero golpeó a Luismar Liendo y Edwin Pérez apenas descendieron del avión en Eau Claire. Jamás habían estado en un sitio tan gélido como donde habían aterrizado. El matrimonio, compuesto por disidentes políticos, había recibido estatus de refugiados por Estados Unidos y visualizaban esta nueva tierra como un refugio hospitalario.

Pero poco después de la llegada de Pérez, de 27 años, y Liendo, de 31, la puerta que les dio entrada a Estados Unidos se cerró bruscamente. En el primer día de su segundo mandato, el Presidente Donald J. Trump suspendió el Programa de Admisión de Refugiados, el cual acepta a quienes sufren persecución en el extranjero. Después, Trump cortó los fondos federales para organizaciones sin fines de lucro que ayudan a los refugiados — dinero que se destinaba a renta, comida y otras cosas vitales.

World Relief, el grupo cristiano evangélico que asiste a Pérez y Liendo, preveía que cada refugiado obtuviera un apoyo gubernamental de mil 325 dólares por los primeros 90 días. Ahora, no había nada.

“Sentimos miedo”, contó Pérez. “Fue un momento duro, sin duda”.

Luego de llegar a la Casa Blanca en parte gracias a la promesa de deportaciones masivas, Trump ha suspendido visas de estudiantes, aplicado una prohibición de viaje para ciudadanos de algunos países, revertido las protecciones temporales contra la deportación para cientos de miles de individuos y rechazado solicitudes de asilo sin otorgar audiencias judiciales. Comunidades en todo el país han presenciado cómo agentes federales se llevan a familiares, amigos y vecinos.

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