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Nueva York.- El colombiano Manuel Turizo armó este sábado por la noche toda una fiesta latina en su concierto de la gira “201 Tour” en Nueva York, donde prendió al público con una mezcla de pop, reguetón, salsa, bachata, merengue e incluso regional mexicano.
Ante la pregunta “¿Dónde están mis latinos?”, el público, casi en su totalidad latino, que abarrotó el histórico teatro United Palace del Alto Manhattan, con capacidad para más de 3.000 personas, explotó en vítores y alzó carteles, camisetas y su querida bandera tricolor.
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El artista de 25 años, con una simpatía y energía desbordantes, hizo un recorrido por sus éxitos y un homenaje escénico al hogar de su inspiración, que también es el de su vida, y que da nombre a su último disco, un apartamento número 201 en la ciudad de Montería (norte de Colombia). Y es que, a pesar de su juventud, el cantante acumula ‘hits’ desde que despegó en 2017, con solo 17 años, con la pegadiza “Una lady como tú”, hasta el día de hoy, y cuenta con numerosos temas con otras estrellas, como “Vagabundo”, compartido con Sebastián Yatra y Béele, o “Una vaina loca” con Ozuna, que causaron furor.
También dedicó a sus seguidores mexicanos “De lunes a lunes”, que interpreta con Grupo Frontera, y “Una cerveza”, con Fuerza Regida, y que entonó con el acompañamiento de su banda de músicos, recordando con humildad que su música “empezó a ser famosa en México”.
“Espero que lo disfruten, vinimos a gozar y a pasarla bien”, declaró el artista, que ofició como maestro de ceremonias, elogiando a las “reinas” y las “lobas” antes de interpretar “Copa Vacía”, compartido con Shakira, o pidiendo a la gente expresar sus sentimientos con la balada “Quiéreme mientras se pueda”.
Turizo, que lucía una gorra con la insignia “201”, se movió por un escenario diseñado como las habitaciones de una casa y decorado con una mesa, una cama en la que se tumbó, o un armario donde se cambió de ‘look’ resguardado por un juego de sombras y luces sugerente, para deleite de sus fans.
Y fue precisamente allí, entre las paredes translúcidas de la casa y bañado por focos de color, donde decidió interpretar con su potente voz, solo acompañado de un piano, “Dios te cuide” y “Esclavo de tus besos”, que dejaron a la audiencia con el corazón en un puño.
Una enorme pantalla horizontal retransmitía en directo los gestos del cantante, que se movía con soltura frente a un camarógrafo, como en un videoclip, e hizo a los presentes partícipes del espectáculo. Por ejemplo, pidió mostrar el cómico cartel de unos fans que decía “Viva el chorizo”, en un juego de palabras con su apellido, y bajó a felicitar a una joven cumpleañera que le pedía un selfi en un letrero escrito a mano.
Si bien, sin duda, los momentos cumbre del recital se los llevó “La bachata”, pues muchos de los asistentes eran dominicanos, una gran comunidad en Nueva York, y tras presumir sus expertos pasos con una bailarina, repitió los coros ‘a capella’ junto al público entregado a la letra.
El ritmo continuó ‘in crescendo’ hasta el final, cerca de la medianoche, con Turizo sin camisa y bailando sin parar con su equipo entre columnas de humo, hasta que se despidió con merengues explosivos como “Enhorabuena” y “El merengue”, agradeciendo efusivamente el apoyo.
El artista comenzó en junio su gira “201 Tour”, que lo ha llevado por varios países de Latinoamérica; ahora está sumergido en la parte estadounidense, antes de regresar en septiembre a Sudamérica y emprender el vuelo hacia Europa en octubre.
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